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martes, noviembre 17, 2009

Adiós “pequeño saltamontes”



El actor norteamericano David Carradine, famoso por su papel en una serie de televisión sobre artes marciales, Kung Fu, fue encontrado muerto en el interior de un armario de un hotel de Bangkok, en Tailandia. Un oficial de las fuerzas de seguridad declaró que el cuerpo de Carradine estaba desnudo y que no había rastros de la presencia de otras personas en la habitación. El cuerpo ha sido llevado a un hospital para que le sea practicada una autopsia.
Según ha contado Chuck Binder, representante del actor, a la cadena FOX, el equipo notó la ausencia de Carradine el miércoles por la noche al no aparecer a la hora de cenar. Cuando el productor acudió a la habitación del actor la mañana de ayer, descubrió que estaba muerto, aunque no especificó las causas de la muerte.
Sus últimos trabajos cinematográficos más conocidos fueron sus papeles en Kill Bill, de Quentin Tarantino, y en El Gran Stan, de Rob Schneider.
Sin embargo, el personaje que le granjeó la popularidad a finales de los setenta fue el del filosófico monje shaolin Kwai Chang Caine de Kung Fu, quien brindaba lecciones marciales y sobre la vida a sus alumnos, a quienes se refería como sus "pequeños saltamontes".
Sin embargo, siempre se sintió cómodo en la pequeña pantalla. Su último trabajo puede verse en la serie “Mental”. Interpreta a un filósofo esquizofrénico que es paciente del protagonista, el psiquiatra Jack Gallagher.
En su filmografía hay más de 130 películas, entre las que destacan 'Boxcar Bertha' (M. Scorsesse, 1972), 'Esta tierra es mi tierra' (H. Ashby, 1976) o 'El huevo de la serpiente' (I. Bergman, 1977) y 'Forajidos de leyenda' (W. Hill, 1980), entre otras. Carradine es, además, hijo del también actor John Carradine y hermano de los actores Keith Carradine y Robert Carradine.
Todo indica que el actor de 72 años no soportó la turbulencia interna que venía viviendo y decidió morir en la soledad de un armario, sin más palabras ni rodajes, sin más filosofía del que sabe que está vencido y que más allá de las luces y de los escenarios, la vida no es de cartón y las penas no son de utilería. Por eso decidió colgarse como en el viejo oeste, ese oeste que tantas veces visitó entre los capítulos de su popular serie, ese del que esta vez no pudo escapar.
La vida más allá de un escenario o de un personaje público lo venció, atrás quedaron los autógrafos, los apremios, los apuros, esta vez la vida le dijo corten para siempre.

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