Un político en campaña es un ser enamorado, sonríe, feliz y contento promete las cosas que de antemano sabe bien no las podrá cumplir o simplemente promete por la necesidad de convencer, de conquistar.
Muestra su mejor lado, su lado más humano, le dice al pobre hermano y al rico tirano. Un político en campaña es una especie única, quiere coger todas las manos y gritar que es peruano, habla de sus orígenes más remotos y hasta quiere que lo llamen por su mote, por su apodo, por su nombre más íntimo.
A un político en ese estado le afloran sus recuerdos más añejos, las ocasiones que vivió junto a su pueblo amado. Y si no las vivió las inventa y esboza una sonrisa virginal y evoca su niñez con ternura y su escuela y su colegio, porque sabe que cada persona es un voto.
Un político en campaña es un ser que busca seducir tomándose fotos con quien lo pide, que se viste con poncho y sombrero para convencer que es el del pueblo, que acepta todos los bocados aunque no sean siempre de su agrado, que busca ser amado y no odiado.
Las frases más bobas salen de sus labios, vive en un estado de sopor, la luna es una lámpara que está al alcance de sus manos y sabe mejor que nadie que ese sueño va a acabarse si no gana.
Prometen las cosas más maravillosas y no tan sabias. Todo lo imposible se hace posible en sus labios, sus palabras están cargadas de esperanza y hablar de cambios y de una vida nueva es una catarata que no acaba.
Un político en campaña es un ser enamorado, vive intensamente y el tiempo se le va de las manos, la gente que antes le parecía odiosa hoy le parece bondadosa y bella. Se viste con ropa que detesta pero sabe que la necesita para seguir en esa loca fiesta.
Los días son breves y al despertar tiene ganas locas de salir para seguir buscando adeptos, cualquier calle es buena, cualquier esquina tierna. Un balcón una palestra que le levanta el ego por que la gente lo mira de abajo hacia arriba y lo identifica.
Un político en campaña es un ser extraño. Un ser gregario y confundido. Ensaya frente al espejo sus discursos, lee y relee las arengas que le escriben, busca en el Google significados básicos y habla del Perú con reverencia santa.
Un político en campaña es un ser enamorado que sueña hasta el día mismo de las elecciones. A veces al llegar la tarde de ese día tan esperado tiene motivos para celebrar y pensar en mudarse a una nueva vida y olvidar todo lo que dijo que haría.
Otras veces al llegar el día tan esperado tiene ganas de llorar al ver el resultado, sufre, calla, se queja, llora en secreto y saca cuentas con tristeza. Después vuelve a su vida, la gente fea le parece fea, la delgada, delgada y la gorda, gorda. Ya no es más un ser enamorado porque su intento de servir ha fracasado. Y colorín colorado.