Ha sido la expresión que ha usado el Premio Nobel Peruano y uno de los personajes más influyentes del mundo cuando un periodista del diario español “La Vanguardia” lo entrevistó luego de que se conocieran los resultados de las elecciones en nuestro país.
Vargas Llosa nunca ha sido un personaje ajeno al acontecer nacional, el escenario político lo atrajo tanto como la dramaturgia de la que ha hecho gala en los últimos años. Su indignación no se ocultó cuando la tiranía fujimontecinista había doblegado la democracia peruana.
La pregunta tantas veces estudiada y repetida, esa que puso en boca de los personajes de “Conversación en la Catedral” y que se convirtió en un emblema cada vez que los embustes de los políticos golpeaban inmisericordes la frágil y pueril democracia peruana, fue lanzada por el entrevistador y Mario Vargas Llosa respondió: “Hay la posibilidad de que el Perú ahora se joda bien” ante la posición en que ha quedado el Perú, de tener que elegir entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala.
No solo eso, Vargas Llosa ha demostrado que nunca calla sus pensamientos y que cuando la dictadura nuevamente atisba siempre encontrará en él un sólido muro de concreto.
También criticó el papel del cardenal Juan Luis Cipriani, tildándolo de cómplice descarado de la dictadura (fujimorista), a quien le recordó la maligna frase que algún tiempo el sacerdote expectorara: “los derechos humanos son una cojudez”.
“Uno de los crímenes peores que cometió la dictadura de Fujimori fue una castración de miles de campesinas de los Andes, a las que el Ministerio de Salud engañó diciéndoles que las iban a vacunar y en realidad las castraron, las esterilizaron a todas. ¡A miles! El arzobispo Cipriani, que echa sapos y culebras cada vez que se menciona el aborto, no dijo una sola palabra ante esta monstruosidad criminal, sobre la que reina un silencio ominoso” ha espetado el novelista con razón.
El autor de la “La Guerra del Fin del Mundo” descalificó sin dudarlo también a Ollanta Humala como una persona idónea para ocupar el cargo de Presidente del Perú, al recordar que su partido nació defendiendo el etnocacerismo, doctrina inspirada en el general Andrés Avelino Cáceres, a quién ha calificado de racista.
“El verdadero Perú es cobrizo. En un momento, Humala habló de crear dos ciudadanías: los peruanos de verdad y los simples ciudadanos, que seríamos todos los peruanos no indios”, flageló al candidato.
Ha repetido hasta la saciedad su ya célebre planteamiento de que elegir entre Keiko Fujimori y Ollanta Humala es elegir entre el SIDA y el cáncer y no le falta razón.
Por eso seguramente que el cinco de abril el ausentismo electoral será notorio y probablemente también el voto en blanco y el voto viciado. No va a ser fácil elegir entre la noche y las tinieblas y lanzarse a la aventura de un retroceso por donde se mire esa elección. Sin embargo quedan casi dos meses y las alianzas con los verdaderos demócratas serán las que decidan los resultados finales.