William Guillén Padilla acaba de ser uno de los finalistas del Premio Copé de Cuento que organiza bienalmente Petroperú. No es el primer premio internacional y estoy seguro que no será el último. Mañana en el CIC de Yanacocha presenta su cuento de microcuentos. Hemos quedado para hacer la entrevista a las diez de la mañana, he llegado a la hora y hago la entrevista, después de casi media hora de grabar me despido, no sé por qué extraño infortunio la grabadora digital no ha grabado nada. Entonces regreso y vuelvo a empezar no sin dejar de sentirme avergonzado. Por eso el título de la entrevista me parece que no puede estar mejor.
¿Cuás es el nombre del trabajo que ha ganado entre los trabajos literarios presentados a este concurso?
El cuento se titula “Retorno en tiempo real” y es un cuento que integra el libro “Actos y Relatos” que publiqué hace dos años y que en la primera edición, este cuento, no fue incluido junto a otros. Este cuento fue escrito hace diez años aproximadamente y hoy he tenido la suerte de haber quedado entre los ganadores entre 1784 participantes.
Tu primer libro “Soliloquio de Homo Sapiens” fue un poemario, tus últimos libros son de narrativa ¿Acaso te has inclinado más por la narrativa que por la poesía?
Tanto la poesía como la narrativa me acompañan. Empecé ciertamente como poeta pero luego fui ejercitando más en la narrativa, creo que es allí en verdad cuando nos damos cuenta cuánto conocemos de literatura, me parece que la narrativa es mucho más exigente. He publicado “Soliloquio de Homo Sapiens”, “Planetario astral”, y este año publicaré “Memoria del yo habitante” y en narrativa mis microcuentos “Los escritos del oidor”, “lo que yo barman oí” y “Actos y relatos”
Se dice que la poesía es la brevedad de la palabra y en tu caso la narrativa en el microcuento es muy breve ¿Hay una ligazón entre la poesía y tu cuento?
Mi poesía y mi narrativa están profundamente entrelazadas, en el caso del microcuento se puede decir una historia interesante con pocas palabras, lo interesante es que el lector entienda la trama y que además tenga todas las características de un cuento largo, de una novela, pero se puede decir en pocas palabras lo que a veces se dice en muchísimas, a mí me gustan las cosas puntuales.
¿De que manera influye en tu obra el hecho de ser hualgayoquino?
Hualgayoc para mí es mi referente vital, es el inicio de mi poesía y narrativa porque allí he pasado mi infancia y mi infancia marca de todas maneras a cualquier ser humano, he tenido una infancia feliz rodeado de ancianas, rodeado de fiestas del pueblo, del barrio, de la familia con un horno en donde mis tías se reunían a contar cuentos, incluso nos daban la masa para hacer dibujos y figuras que acaban siendo panes. Volábamos en imaginación en realidad. Hualgayoc por su ambiente de neblina y frío se refleja en mi poesía y narrativa permanentemente.
¿Esa mitología pueblerina estaría mimetizada en tus cuentos, reflejada tal vez en una narrativa más moderna?
Sí lo está, porque el pueblo donde tú naces te marca de por vida y en mi caso Hualgayoc no solo es el lugar donde nací, sino donde formé mi creatividad, mi imaginación y de donde recogí todos los elementos necesarios para escribir.
Si tuvieras que citar tres libros: de un cajamarquino, de un nacional y uno internacional ¿Cuáles citarías?
“Urpi” de Mario Florián. De un peruano: “Los Heraldo Negros” de Vallejo y “Pedro Páramo” de Juan Rulfo son libros que siempre los tengo presentes y que marcaron siempre mi vida. En la casa de Hualgayoc había una biblioteca en donde descubrí, gracias a mi tía Flor Padilla Espinoza, quien era estudiante en la UNC, descubrí la literatura, Vargas Llosa, Teoría literaria, gramática, gramática estructural, Vallejo, en fin… Son libros que de algún modo me han marcado mucho.
Cuando oyes que un libro digital puede reemplazar al libro de papel o escuchas decir a Vargas Llosa que el libro en un futuro cercano va a desaparecer ¿Qué sientes?
Que soy uno de los privilegiados que todavía sienten que el libro debe ser físico, porque no solamente es la lectura sino también el contacto con un elemento físico, la mirada el olor mismo del libro, entonces hay un contacto más especial. Probablemente con los años o los siglos ya no exista el libro de papel, entonces habrán generaciones nuevas que tengan nuevas sensaciones con el libro y sentirán que el tacto o la mirada al plástico le producen sensaciones agradables. Pero notros todavía necesitamos el libro de papel como un compañero de vida.
¿Cómo catalogarías a tu obra: en el costumbrismo, el modernismo, el realismo mágico o en qué línea la pondrías?
La verdad que no sé como calificarlas, pero creo que con lo real fantástico e inesperado, creo que por ahí podría buscarse una definición, porque no solamente la fantasía es lo que hace, sino que yo procuro que tenga algo siempre inesperado, uno siempre planifica sus cosas y sucede siempre lo inesperado, pero ese espacio inesperado nunca lo tomamos en cuenta y no nos damos cuenta que es un punto de quiebre y que puede ser un hermosos final de historia.
Al leer un cuento tuyo sucede siempre un final inesperado y uno acaba sintiéndose timado y riendo porque era lo que menos esperaba ¿Buscas siempre sorprender al lector con ese tipo de final?
Siempre, es más me preocupo mucho por el final de los trabajos, del cómo rematamos, es como una faena como das el quiebre final y la sorpresa, si no tiene sorpresa me parece que es solo un relato lineal y que te deja con la sensación de que eso va a continuar. En cambio cuando es algo redondo, concluyente inesperado, tienes que buscar la sorpresa y la sorpresa se piensa mucho. Los seres humanos siempre buscamos eso.
¿Tu vida ha estado llena de momentos y situaciones inesperadas?
Yo creo que sí. Mi vida siempre ha estado llena de cosas inesperadas. Y veo que de la gente, de todos mis amigos, de todas las personas a quienes conozco también está llena de cosas inesperadas. Lo que pasa es que no revisamos nuestras vidas y tenemos un concepto de lo lineal, pero la riqueza está en que no sea lineal. Si capitalizamos literariamente lo que nos sucede nos va a dar buenos frutos, pero hay que descubrir dónde está eso.
¿Cómo encuentras el panorama cultural en Cajamarca?
Cajamarca tiene un gran potencial cultural, somos Patrimonio Histórico y Cultural de las Américas, pero tenemos una gran limitación también, porque todos trabajan en forma dispersa, todos hacen sus cosas como mejor les parece por una razón simple las instituciones que deben liderar estos procesos no cumplen su rol, somos solo algunas instituciones que damos cabida a los artistas en Cajamarca y nos damos cuenta de que en Cajamarca hay muchos artistas y todos talentosos.