El año pasado el Organismo
de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) multó a varias empresas mineras
que operan en Cajamarca, las multas que se aplicaron fueron a compañía minera
San Nicolás con 360 UIT, equivalente a un millón 298,000 nuevos soles; compañía
minera Yanacocha con 296 UIT, equivalente a un millón 65,600 nuevos soles;
minera Gold Field La Cima con 200 UIT, equivalente a 732,500 nuevos soles;
sociedad minera Corona con 150 UIT, equivalente a 550,00 nuevo soles.
También, compañía minera
Colquirrumi con 150 UIT, equivalente a 550,000 nuevos soles; minera Sipán (hoy
compañía minera Ares) con 102 UIT, equivalente a 377,400 nuevos soles; minera
Miski Mayo con 20 UIT, equivalente a 73,000 nuevos soles; y minera Río Tinto
con 20 UIT, equivalente a 74,000 nuevos soles.
La empresa que encabeza la
lista de multadas es probablemente la que más multas acumula, utiliza más de
media tonelada de cianuro al mes y sigue contaminando pese a las multas y
sanciones.
Según el último informe de
la OEFA las 25 regiones reprobaron la evaluación de desempeño sobre
fiscalización ambiental, es decir, “jalados” en absoluto.
Las Entidades de
Fiscalización Ambiental (EFA) de los 25 gobiernos regionales del Perú
reprobaron la evaluación de desempeño realizado por el OEFA, al no realizar una
debida tarea de supervisión y de procedimientos sancionadores contra la pequeña
minería y la minería artesanal.
El Organismo de Evaluación
y Fiscalización Ambiental (OEFA) precisó que, en una escala de calificación del
0 al 20, ninguna entidad de fiscalización ambiental, incluida la Dirección
General de Minería del Ministerio de Energía y Minas (en Lima Metropolitana),
aprueba esta evaluación de desempeño.
Según el informe de la OEFA
“la
mayoría de las EFA no ejecutan supervisiones a las personas naturales o
jurídicas sujetas a la formalización, no identifican ni comunican a los órganos
competentes la actividad minera en zonas prohibidas y no inician procedimientos
administrativos sancionadores contra presuntas infracciones ambientales”.
Mientras esto siga
sucediendo la alta tasa de conflictividad que registra Cajamarca seguirá en
crecimiento y la contaminación seguirá siendo el emblema de la región Cajamarca
gracias al abandono de los organismos reguladores, fiscalizadores y
sancionadores que nada hacen por poner fin a este problema.