“Las manos invisibles y otros poemas” de Oscar
Imaña, se presentará en Cajamarca el próximo martes gracias al Fondo Editorial
de la UPAO y la Fundación Marco Antonio Corcuera Díaz.
“Oscar Imaña cobra mucho más valor y
valía al ser el mismo César Vallejo quien lo elogiara como poeta. Los críticos
hasta ahora no cuentan con elementos tangibles para un estudio concienzudo,
toda vez que su obra está dispersa en diversos diarios de la época y que en su
conjunto no guardan unidad. Gracias a la amistad del poeta Marco Antonio
Corcuera con Imaña, y con los demás miembros del Grupo Norte, se ha
podido rescatar del olvido a tan importante personaje”, indica Julio Corcuera
García.
Oscar Imaña fue
amigo personal de César Vallejo. Imaña había dejado su natal Hualgayoc para ir
a cursar estudios en Trujillo ya que en esa época, comienzos de 1910, no había
en Cajamarca universidades ni centros de esa equivalencia. Oscar Imaña Sánchez
fue el hijo de un minero acaudalado de Hualgayoc, Miguel Imaña, quien además
tuvo otros hijos en distintos hogares.
Cuando Imaña llega
a Trujillo traba amistad con Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, César
Vallejo, Víctor Raúl Haya de la Torre, Alcides Spelucín, Macedonio de la Torre,
Juan Espejo Asturrizaga, Francisco Xandóval, Ciro Alegría, todavía muy joven,
Camilo Blas, entre otros connotados escritores de la época. Vallejo le tenía un
cariño especial y en la poca poesía dispersa en libros y revistas de la época
se muestra la poesía madura de Oscar Imaña con un afable arraigo andino y una
adhesión profunda a lo pueblerino como en el poema “Como la lluvia al alma”,
algo que probablemente Vallejo compartía porque tenía una procedencia similar,
andina y minera, lúgubre y telúrica.
Sin embargo los
viajes de Oscar Imaña hacia Hualgayoc eran frecuentes, era el estudiante que
retorna al seno del hogar cada cierto tiempo. Su casa, que quedaba en la Plaza
de Armas de Hualgayoc, fue reciente demolida por la ignorancia y la ineptitud
del actual alcalde y de un obstetra que realizaba gestiones ediles.
Oscar Imaña fue
abogado, ejerció el derecho en Cajamarca hasta sus últimos días. Este libro
puede resultar un hallazgo magnífico debido a que la obra de Oscar Imaña no fue
publicada en su integridad, sin embargo en su momento fue alabada por el mismo
César Vallejo, Antenor Orrego, Víctor Raúl entre otros ilustres personajes de
la época.
Algunos poemas
suyos se encuentran en “Cajamarca, Monografía del Departamento de Cajamarca” de
Nazario Chávez Aliaga, además de una fotografía de Oscar en su juventud con sus
lentes oblongos y una mirada profunda. Uno de sus poemas más notables es “Como
la lluvia al alma”:
Llueve en el patio de mi casa. Llueve./ No
sé que hay en la lluvia de tan hondo,/ y no sé qué de lluvia hay en el fondo/
de todo corazón que pasa. Llueve./ Nadie comprende el alma de la nube,/ ni a
penetrar su más allá se atreve./ Nadie sabe por qué tan alto sube/ para caer en
gotas o en cristales de nieve./ Pienso que el agua que se eleva al cielo/
siente el placer de todo lo que sube;/ si algo muere en el mar, algo nace en de
la nube,/ la muerte del rocío no es nada más que un vuelo./ Pero la gota de
agua que desciende/ nace también, pero tal vez no sabe/ que ya estuvo en la
tierra, ni comprende/ que en las nubes tenía más libertad que el ave./ Llueve
en el patio de mi casa. Llueve./ Las gotas de agua ignoran su
destino./ Ciegas, como nosotros, olvidan el camino,/ y al remontar
no saben que han de caer en breve.