Hace unos años (2004)
apareció el libro Muerte en el Pentagonito de Ricardo Uceda como un claro
ejemplo de retratar la verdad más allá de las ambigüedades. El libro se lo
encuentra en cualquier librería y ha sido pirateado grandemente debido a su
gran valor documentario y testimonial y porque es preciso que los peruanos
sepamos los hechos de horror que sucedieron hace un par de décadas.
Para los que hemos
leído esa gran obra del periodismo de investigación, que es Muerte en el
Pentagonito, nos queda claro que Uceda busca retratar los hechos como en verdad
pasaron, eso es lo que hace un verdadero periodista, sin caer en juicios
absurdos sobre quién es malo o bueno, Uceda se limita a mostrar la realidad de
aquella época. Más allá de nuestras opiniones, los periodistas debemos revelar
la verdad y Uceda lo hace y lo narra de una forma magistral. Todo peruano
debería leer ese libro para entender que fue lo que paso en esos años de guerra
interna.
Muerte en el
Pentagonito es un libro publicado por Ricardo Uceda en el 2004 en el cual se
narran los secretos militares de la lucha antiterrorista en el Perú.
Este libro describe
todas violaciones a derechos humanos que el Ejército Peruano, a través del
Servicio de Inteligencia, cometía en el lapso de los años 1982 hasta la caída
del régimen Fujimontesinista en 1993, donde los culpables operativos de
secuestros, detenciones extrajudiciales y matanzas fueron sentenciados por la
justicia peruana y algunos responsables intelectuales de semejantes latrocinios
consiguieron ser inmunes a ella a través de suspicacias legales que los
mantienen de algún otro modo con beneficios penitenciarios o en algunos casos
en situación de “no habidos”.
Jesús Sosa Saavedra
es uno de ellos, exmiembro del Servicio de Inteligencia Militar cuya
trayectoria de asesino empezó en el gobierno de Belaúnde, luego en el de Alan y
finalmente en el de Fujimori. Es precisamente en base a este personaje que se
desarrolla la narración pues se usan sus acciones como hilo conductor que
permite fácilmente unir una violación de derechos humanos tras otra. Sosa quien
fue también miembro del conocido Grupo Colina participó de todos y cada uno de
los casos más sonados por la prensa nacional, como son Barrios Altos, La
Cantuta, El Santa; así como las innumerables desapariciones de miles de
personas en Ayacucho.
Muerte en el
Pentagonito no es más que la revelación, en base a testimonios y pruebas
documentales, de que el sótano del Cuartel General del Ejército Peruano,
conocido por todos como el Pentagonito, se convirtió en un cementerio donde
secuestraban, torturaban e incineraban cadáveres en un horno que inicialmente
se usaba para quemar la papelería del edificio.
“No era raro
encontrar el horno del pentagonito prendido a partir de medianoche y respirar
menta y eucalipto en los alrededores, ya que eran las plantas encargadas de
despistar el olor a carne chamuscada y quemada. El fuego no cesaba de arder
hasta que los huesos se convirtieran en cenizas para luego ser recogidos en un
costal y esparcidos en los jardines principales del cuartel del Ejército
Peruano”.