En cuanto surgió el
conflicto minero en Cajamarca el año pasado, de inmediato una bandada de buitres –aunque más parece una
banda- oportunistas puso los ojos en esta tierra y empezó
a tejer acciones para “sumarse” a los cajamarquinos. Y llegaron a esta tierra,
se trata de verdaderos rapaces, pues se regocijan con la muerte, azuzan el
conflicto y toda posibilidad de diálogo los preocupa; son extremistas de
derecha y de izquierda, los hay de ambas partes y sin el menor remordimiento
piden violencia y lloran con lágrimas de cocodrilo.
En este conflicto tan polarizado, están metiendo las narices personas
muy ajenas con el cuento de que se trata de un conflicto colectivo y que se
trata de todos los peruanos. Resulta inadmisible, por ejemplo, el comunicado de
los miembros del MOVADEF, quienes no solo aprovechan el momento para lanzar sus
discursillos de siempre, sino que además buscan hacer apología para captar
ingenuos adeptos, desconocedores de la tragedia y el terror que sembró sendero
luminoso en el Perú dejando una estela de miles de muertos, huérfanos, viudas,
desaparecidos y desposeídos.
Sin embargo el ala de la derecha radical no se queda atrás y nos llama a
los cajamarquinos torpes, ignorantes y mediocres – todos en el mismo costal –
Por ejemplo la señora gorda que conduce un programa de la televisión nacional
de una canal de patas cortas desde donde vomita todos los días una serie de
insultos a los cajamarquinos, para esta desdichada anodina los habitantes de
las provincias de Cajamarca, Hualgayoc y Celendín somos algo menos que
estiércol, se atrevió el jueves a decir que los fallecidos no murieron por
balas porque ella no había visto las actas de necropsia – nosotros sí las tenemos y se la
podemos hacer llegar si así lo quiere – según la gordinflona nuestros
paisanos murieron por autolesiones o por las balas de goma – mismos chicles o borradores que
el ministro del Interior Wilmer Calle ha explicado torpemente, dispararon sus
huestes-.
Otra pareja que ha hecho escarnio de los cajamarquinos es una dupla de
periodistas marrulleros que suele salir los fines de semana, en pareja, y
despotrican de Cajamarca y cajamarquinos a su regalada gana. Par ellos somos el
sinónimo de la brutalidad, la barbarie y el retroceso. Estamos, sumidos en un mundo oscuro y apenas podemos
gesticular palabra debido a nuestros deterioros.
Sin contar a otros que en base a la mariconada – con el perdón de los gays,
porque un gay es más respetable que un vulgar mariconcito, más si es un sujeto
que ha atentado contra niños ya adolescentes y hoy pretende ser el Santo Padre-
han hecho una fama con la que piensan pueden actuar como los anteriores para
llamarnos con las frases más viles y los epítetos más abyectos.
Pero Cajamarca también tiene lo suyo, un grupo de la misma calaña se
solaza con esas actitudes, imitadores sin personalidad, acomplejados de sí
mismos… Y después hablamos de hermandad, solidaridad, compañerismo.
A río revuelto, ganancia de pescadores, en este río revuelto del
conflicto minero por el proyecto, muchos han sacados su cañas de pescar, otros
han tirado sus redes y esperan verlas agitarse con la surtida pesca, los hay de
todos lados, de todas partes y de todas las sangres. Los cajamarquinos podemos
resolver nuestros problemas, en eso estamos, la presencia de Garate y Cabrejos
allanan ese camino, no necesitamos de extremistas de izquierda ni derecha. Ya
hay cinco muertos, muchos heridos, detenidos y muchas heridas en el alma de una
sociedad sectorizada que no puede encontrar su norte y su destino.