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martes, julio 10, 2012

Cambios ministeriales



Nos hallamos en el mes de julio y los cambios en algunos ministerios se hacen cada vez más evidentes. Tal cual pasó con quienes fallaron – o no se adaptaron a la metamorfosis que sufrió Ollanta Humala luego de asumir el poder – y fueron relevados y luego enviados a alguna embajada, parece que los cambios de varios ministros están a la vuelta de la esquina.

Hay quienes hicieron su tarea, a otros les emendaron la plana y otros simplemente no la hicieron o la hicieron tan mal que ya no cabía enmienda. Algunos se han mantenido a flote con estoicismo, aunque no sin tragar mucha agua después del fabuloso viraje de Ollanta, uno de esos sobrevivientes es sin duda Fortunato Rafael Roncagliolo Orbegoso, Ministro de Relaciones Exteriores a quien este 28 de julio o antes se le podría acabar la buena fortuna a la que su nombre hace honor.

Los convocados a irse serían el  ministros de Salud, Alberto Tejada, y la de Educación, Patricia Salas. Sin embargo uno de los que están en la mira, hace ya varias semanas es Oscar Valdés y es que a Valdés pocas o muy pocas cosas le salieron bien en los últimos meses. Ha demostrado que no es un gran estratega mucho menos un táctico en el manejo de conflictos, cuyo número ha crecido notablemente a nivel de todo el país.

Mientras que los voceados para suceder al premier Óscar Valdés son el titular de Vivienda, René Cornejo; el de Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, y el ministro de Transportes, Carlos Paredes, se va destejiendo cada día esa tela de dudas y haciéndose más traslúcido el panorama.

Las reiteradas interrogantes de la prensa a Óscar Valdés lo han hecho dar respuestas esquivas al comienzo, drásticas después y muy torpes luego. El Padre Gastón Garatea ayer le puso los puntos sobre las íes al Ministro Valdés cuando pidió que “no les quite la silla” a los facilitadores del diálogo en Cajamarca, al considerar que sus recientes críticas contra las autoridades y dirigentes podrían boicotear las conversaciones que ya se iniciaron en la región.

Fue al referirse a las declaraciones del jefe de Gabinete, quien dijo que los únicos intereses que tienen el presidente regional Gregorio Santos y otras autoridades son de tipo político y que eso ha incrementado el nivel de conflictividad.

“Hay que decirle (al premier, Oscar Valdés) pues que no nos quite la silla, porque es un boicot. (¿Y cómo toma usted el respaldo de la población en relación a lo señalado por el cardenal Cipriani?) Yo me siento respaldado por el pueblo peruano, la gente me ha pedido que vaya y yo voy”, declaró el buen Gastón garatea acostumbrado a lidiar con ultras como Valdés o el político de Cipriani. En realidad la opinión de Valdés resulta poco afortunada y oficiosa si tenemos en cuenta el tenso ambiente que vivimos los cajamarquinos y que la mesa de escucha aún permanece con ese nombre y no con el de mesa de diálogo, cualquier ligereza podría traer abajo el trabajo emprendido por Garatea y el sacerdote chotano y arzobispo de Trujillo Miguel Cabrejos.

Por ahora el Presidente del Consejo de Ministros Óscar Valdés, estaría a tono con aquella vieja canción de los Iracundos que dice:

O me voy o me quedo/ yo no soy un adorno / lo decides ahora /si me quieres o no / allí está la puerta /aquí mi maleta / solo estoy esperando / lo que me digas tú.

Ollanta Humala tiene la última palabra.




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