·
Cuando dos son más
que tres
La decisión tomada
por el Vocal de la Corte Suprema Javier Villa Stein, parece que la tomó luego
de confesarse con el fujimorista,Cardenal Juan Luis Cipriani, y es que Javier Villa Stein, presidente de la Sala
Penal Permanente de la Corte Suprema, no habría tomado en cuenta la postura de
los demás miembros del colegiado al momento de decidir la sentencia que
favorece al grupo Colina.
Así se desprende de
una resolución emitida por los vocales Jorge Salas Arenas, Francisco Miranda
Molina y Segundo Morales Parraguez, quienes aclaran que no estuvieron de
acuerdo con retirar la condición de “lesa humanidad” a los crímenes cometidos
por el grupo paramilitar, es decir habría actuado por su cuenta.
Según dio a conocer
la Comisión de Derechos Humanos (Comisedh), los magistrados afirman que sus
votos “en realidad son distintos” a los formulados por ellos mismos en el
cuerpo de la sentencia.
Lo que no queda
claro es por qué, finalmente, se adoptó, por unanimidad –como dijo Villa Stein– la decisión de retirar el concepto de lesa
humanidad a los delitos, con lo que se permitió la reducción de la pena de los
principales miembros del grupo Colina.
Resulta preocupante
la actuación de Villa Stein, la defensa que ha intentado esgrimir se le ha desmoronado
y serios cuestionamientos han recaído sobre él; Villa Stein no es un
improvisado, es una persona que difícilmente puede caer en un error tan abrupto,
por ello surge la inevitable pregunta ¿Qué
poder oculto está tras el absurdo decisión fallo de la Sala Penal Permanente de
la Corte Suprema, que redujo la pena a los miembros del grupo Colina y retiró
el concepto de “lesa humanidad” a los crímenes cometidos por este destacamento
en Barrios Altos y El Santa, así como en el asesinato del periodista Pedro
Yauri?
Más allá de la
autonomía en los poderes del estado, no extrañaría que el derechizado Ollanta
Humala tenga que ver con la medida que ha puesto felices a los fujimoristas y
que quizás hoy tengamos la sorpresa del anuncio de un indulto humanitario,
porque si los miembros del grupo Colina no cometieron crímenes de lesa
humanidad, Fujimori y Montesinos son un par de santos varones.
La política
aplicada por Ollanta es el calco fiel de la que iba a aplicar Keiko Fujimori,
la primogénita del japonés había anunciado que de llegar a la presidencia su
padre sería indultado. En un escenario político como el actual todo puede
suceder, si para Villa Stein dos votos son más que tres y llama a eso
unanimidad, aquí cualquier cosa puede pasar.
Ya el Consejo
Nacional de la Magistratura abrió una investigación contra los vocales Villa Stein, titular de la
sala, así como de Josué Pariona Pastrana, Jorge Luis Salas Arenas, Segundo
Baltazar Morales y Francisco Miranda Molina, lo que ha hecho que se descubra
que no hubo unanimidad para nada y que el Sr. Villa Stein le debe una
explicación al país y a organismos internacionales y a las familias de las
víctimas que han visto con indignación estos lamentables hechos que han
conmocionado la estabilidad jurídica de nuestra nación y ponen en tela de
juicio la transparencia de la justicia en un gobierno cada día más disímil.