Hay una gran diferencia en
“finalizar” y “levantar”. Algunos medios de prensa han informado erróneamente
el “levantamiento del estado de emergencia” cuando lo que ha sucedido es que “se
ha terminado su vigencia legal”.
Del mismo modo existe una
gran diferencia entre un “ex” con alguien que sigue vigente. Un ex,
es aquel que ya no es, quien dejó de serlo; hay revoltosos que nunca cambian,
como también intransigentes que no aprenden y que por eso tampoco cambian, no
es lo mismo un ex terrorista que uno que sigue agitando las aguas y buscando
causar terror.
El estado de emergencia en
Cajamarca ha terminado. El anuncio del Ejecutivo es de que no se prorrogará
nuevamente como sucedió el mes pasado; decisión de ha sido aplaudida por los
facilitadores del diálogo y por muchos personajes de ambos flancos, así como
por la gran mayoría de los cajamarquinos.
El viejo dicho de que no
hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista parece hacerse más vigente
que nunca. Hay letargos que duran pero que no curan y es en apariencia lo que
ha sucedido en Cajamarca. La caída del turismo es evidente como lo es la ausencia
de turistas que en estas fechas y en otros años rebalsaban toda expectativa.
Después de diez meses de
paros y de estados de emergencia, continuados y prorrogados. Después de tantas
marchas y de un forado impresionante en la economía de los cajamarquinos.
Después de varios meses de que Cajamarca es el centro del ojo de una tormenta
llamada Conga, pocas cosas quedan claras. Parece que volvemos al principio con
la intransigencia como bandera por algunos sectores.
Ollanta Humala anunció ya
su viaje a Rusia, la posibilidad de que sea él quien asuma el diálogo es muy
remota, sin embargo parece que la postura del Primer Ministro, Juan Jiménez es
la de continuar con el diálogo pese a los constantes desaires de Gregorio
Santos y compañía. La postura dialogante también ha sido anunciada por los
facilitadores Garatea y Cabrejos.
De otro lado las fracturas
entre los opositores al proyecto Conga se han hecho más agudas cada vez y
parece que a medida que pasa el tiempo se cristalizan más las intenciones
individuales de cada uno de los actores y las aspiraciones reales de quienes
lideran esa oposición que se niega al diálogo. Más claro ni el agua –
aunque no precisamente aquella que nos venden diariamente-
¿Quién eligió a quienes
nos representan a los cajamarquinos como representantes en este conflicto, por
ambas partes? Es verdad que hay actores elegidos en democracia y por mayoría –
esas son las imperfecciones de la democracia – El diálogo seguirá
fracasando mientras intrusos en ambos flancos quieran asumir roles y aplicar
estrategias que no han funcionado. Proponer nuevos interlocutores no sería mala
idea, porque en este caso y con la experiencia ya vivida en meses anteriores,
toda repetición es una ofensa.