El
problema del agua en Cajamarca ha llegado a niveles de confrontación. Pero el
problema no se limita solamente al ámbito urbano, sino que trasciende al ámbito
rural. En nuestro país 4 de cada 10 niños menores de 5 años no tienen acceso a
agua limpia y esos 4 niños son de familias rurales.
Así
lo anuncia el Índice de Oportunidades Humanas (IOH), publicado en el libro
“Midiendo y entendiendo la evolución de las oportunidades para los niños en el
Perú” elaborado por el Banco Mundial (BM) y el Grupo de Análisis para el
Desarrollo (Grade), el cual afirma que si bien el Perú se posiciona en el 6to.
puesto del ranking en graduación a tiempo en primaria, sin embargo tiene el
puesto 10 en saneamiento.
En el Perú, según datos del
Infobarómetro de la Primera Infancia, hay más de 2 millones 370 mil viviendas
(2,376,534) que no tienen acceso a agua potable, lo que significa que el 28,6
por ciento de las familias del país no tienen acceso a un derecho fundamental
como es el agua. Y más de la tercera parte de las viviendas del país, el 34,9
por ciento, no tienen servicio de saneamiento. Es decir, más de 2 millones 900
mil viviendas (2,906,777) carecen de una fuente segura de saneamiento.
La brecha en acceso a agua potable entre las zonas urbana y rural es grande. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en las zonas urbanas el déficit de acceso a agua potable alcanza al 10,5 por ciento, mientras en las zonas rurales el déficit es de 60,4 por ciento.
La brecha en acceso a agua potable entre las zonas urbana y rural es grande. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en las zonas urbanas el déficit de acceso a agua potable alcanza al 10,5 por ciento, mientras en las zonas rurales el déficit es de 60,4 por ciento.
En Cajamarca, el 42,1 por
ciento de las viviendas, es decir cerca de 137 mil (136,988), no tienen acceso
a servicio de agua apta para consumo humano, y cerca de 230 mil (229,900), el
70,7 por ciento, carecen de una fuente segura de saneamiento.
Las
estadísticas no son nada alentadoras, las implicancias de la falta de agua
sobran, la carencia de ella se convierte en un problema de salubridad que tiene
a Cajamarca y al Perú en un jaque perpetuo.
Hoy
somos testigos de un enfrentamiento entre la DESA y la empresa Sedacaj, la
segunda acusa a la directora de la primera de haber mentido sobre los niveles
de cloro que tiene el agua en Cajamarca y garantiza que la potabilización del
agua está acorde con los stándares internacionales. La directora reitera que el
agua en Cajamarca tiene niveles muy altos de cloro.
Ya
algunos zahorís habían anunciado muchos años antes que los conflictos en el
futuro serían por el agua, hoy que han pasado décadas ha llegado ese futuro.
Las casas de la ciudad inmensa lucen sus grandes tanques en sus techos, como
prueba de una necesidad que se hace cada vez más evidente. Mientras las lluvias
cada vez se alejan más, estamos en setiembre, otros años las lluvias
torrenciales eran el signo incomparable de que el agua había llegado del cielo
a fecundar la polvorienta tierra, hoy no han llegado, quizás mañana, quizá en
unos días, quizás… quién sabe.