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domingo, enero 08, 2012

Macarena y el zapatero


Es la Ópera prima de Nequisa, un abogado cuya pasión por las letras no es nueva,  ya a mediados de los noventa publicó un poemario titulado “El alma de un peruano” y se ha desempeñado como columnista de este diario por varios periodos con su recordada columna “El libre Albedrío”. Hoy en solo unos días saldrá a luz la novela titulada “Macarena y el zapatero”, libro que es auspiciado por el Fondo Editorial de la Municipalidad Provincial de Cajamarca que acertadamente dirige el destacado escritor Carlos Cabrera Miranda.

La novela describe la relación surgida entre un zapatero adolescente y una prostituta de quien el mozalbete se enamora con ternura y a la que desea febrilmente y que vive en su vecindario. La mujer, como ya se intuye desde la lectura del título de la obra, es en torno a quien gira toda la novela construida con pericia gramatical y con buen manejo de los tiempos y una técnica pura con algunos deslices iniciales. La obra atrapa desde el comienzo de las primeras páginas.

Los peruanos como somos, muy dados a juzgar las relaciones de nuestro entorno, podríamos encontrar en la obra ciertos atisbos pecaminosos, sin embargo trasciende la obra a la esencia pura del amor y pese a que el tema puede parecer polémico reivindica a la mujer que ejerce ese oficio, mostrando el trasfondo personal, esa ventana por la cual pocos hombres se atreven a mirar y desde donde puede verse el alma de una mujer que ha elegido ese camino.

Si bien el autor, cuya identidad es la de Neptalí Quispe Sánchez, no tiene antecedentes literarios con la novela, el comienzo de la obra está muy bien planteado y la trama se desenvuelve con ligereza pero sin perder el rigor que debe tener un buen libro de narrativa. El final resulta fluido y durante la toda la trama no se pierde las sutilezas propias del romanticismo.

Julio Ortega a propósito de la reciente publicación del libro de Fernando Ampuero El Peruano Imperfecto ha escrito” Vargas Llosa forjó la versión del fracaso existencial del peruano refutado por su medio. El gran cuentista Julio Ramón Ribeyro, la del peruano melancólico, desmentido entre la  realidad y el deseo. En su turno, Alfredo Bryce Echenique, la del peruano exagerado, capaz de rehacer su mundo gracias a la elocuencia. Fernando Ampuero, en ese linaje, propone en su reciente novela la tesis de que ningún peruano es imposible: cada uno se descubre en el espejo del otro, en esa intensa representación que convierte a la vida peruana en una comedia trágica. La comedia es la mirada mutua: ese espejo donde el sujeto es el mejor actor de sí mismo”. 

El mismo preludio podría aplicarse a “Macarena y el zapatero”, el descubrimiento del amor y el despertar de la sexualidad en medio de un torbellino con zapatos rojos. La Macarena  a la que todas las mujeres critican en público y envidian en secreto; la mujer a la que todos los hombres del barrio desean y que miran con el rabillo del ojo por guardar las formas de una sociedad falsa y cucufata. La obra está cargada de estampas cajamarquinas que la adornan y le añaden exquisitez en cada línea.

El libro se presentará próximamente y desde ya le auguramos un éxito literario inmediato.

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