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martes, agosto 09, 2011

Mientras los gatos querellan los ratones bailan




Lo sucedido ayer en nuestra ciudad, donde la policía intervino a dos unidades motorizadas del Serenazgo resulta sencillamente inaceptable, el hecho no hace más que corroborar la malas relaciones entre ambas instituciones y deja muchas dudas sobre la efectividad de algunos custodios que solo entorpecen el accionar del Serenazgo a favor de la seguridad ciudadana.

Cajamarca hace mucho tiempo que vive en un clima tormentoso y se ha convertido en una urbe donde se registran a diario asaltos, se vende droga, se producen crímenes y hasta ha incursionado, lamentablemente, bandas organizadas de Marcas y secuestradores.

Al trabajo policial -que sin  ser mezquinos ha tenido éxitos gratos últimamente con la captura de narcotraficantes y de bandas de Marcas-, se ha sumado el trabajo exitoso a todas luces del Serenazgo –cuerpo de efectivos que cada día suma más puntos en su lucha contra la delincuencia –y es también innegable el accionar de las rondas urbanas con éxitos que aunque con métodos cuestionables han trascendido las fronteras locales y de cierta forma han mermado el actuar delictivo en algunas zonas de Cajamarca. Pese a todo ello la lucha contra la delincuencia en Cajamarca necesita de mucho más, por eso resulta pueril que instituciones como la Policía Nacional del Perú y el Serenazgo se enfrasquen en querellas insustanciales que solo generan el retraso en esta lucha frontal contra los delincuentes y desdice de la imagen de ambas instituciones y de sus efectivos.

En una entrevista reciente el general Jorge Iparraguirre negó tajantemente tener alguna animadversión hacia el coronel en retiro Alfonso Chávarry, sin embargo pareciera que algunos subalternos de su institución sí tuvieran una marcada ojeriza a Chávarry Estrada y prueba de ello es esa actitud que ha resultado absurda y que sin duda trascenderá a los medios nacionales poniendo en tela juicio el accionar de los superiores y no de los subordinados.
Por eso es necesario tomar las medidas correctivas necesarias, hacer que la seguridad en Cajamarca funcione gracias a los entes competentes y que se engranen esas funciones para obtener mayor efectividad. No es posible que por la actitud individual de uno o dos efectivos se dañe una imagen institucional y se ponga en cuestionamiento a los altos mandos de cada institución.

Solo un trabajo colectivo y mancomunado podrá poner freno a esta  ola delictiva que azota a Cajamarca y que nos sitúa como una de las ciudades más peligrosas del norte peruano.

Cajamarca se ha caracterizado siempre por la nobleza de su gente y por la unión de sus fuerzas vivas cuando hubo que enfrentar los problemas más álgidos, en Cajamarca – San Pablo – se ganó la única batalla que ganó el Perú a las fuerzas invasoras en la Guerra del Pacífico, en Cajamarca se gestó la independencia departamental por la valentía de su gente y la decisión de sus hombres y mujeres.

Los divisionismos solo generan incertidumbre, fortalecen al enemigo y destruyen la paz de la que los cajamarquinos hoy necesitamos más que nunca.

Balcon Interior

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