Cada pueblo tiene a los gobernantes que se merece.
Winston Churchill.
El cobro de los “gastos por instalación” de los congresistas debe ser solo para los congresista de provincia que llegan por primera vez al Congreso, sin embargo la Mesa Directiva acordó que eso era discriminatorio y que todos debían acceder al mismo por igual.(1)
Dado que en el Perú no existe una casta política cualquier aventurero puede tentar suerte y llegar a ser un congresista de la República Peruana, no importa si es una cabaretera, un farandulero, un exfutbolista o voleibolista o simplemente un exdonnadie. Es suficiente conseguir cierta votación electoral, tener un poco de suerte y todo está listo.
El último escándalo protagonizado por el flamante Congreso corrobora lo manifestado, más de 89 congresistas de los 130, hasta el momento, han cobrado el cheque por instalación por un monto de 15.600 nuevos soles, lo que evidencia la angurria y el irrespeto a los peruanos, a los millones de pobres por los que juraron luchar.
Mientras a Deisy Cori, la joven campeona del mundo en ajedrez, los 130 congresistas le entregaron con bombos y platillos la irrisoria suma de 5.000 nuevos soles, cada uno de ellos sin el menor reparo se embolsicó 15.600 nuevos soles, es decir, más de de un año de trabajo de un maestro decente o el equivalente a 24 sueldos mínimos de la gran masa obrera.
Los gastos de instalación abusivamente fueron cobrados por congresistas residentes en Lima y hasta por los reelectos, es verdad que hubieron excepciones honrosas de algunos que renunciaron a ese cobro por considerarlo inmoral y antiético, pero fueron muy pocos.
Solo por citar algunos de los desfachatados congresistas que no dudaron en cobrar: Fuerza 2011 Martha Chávez (electa por Lima), Leyla Chihuán (electa por Lima), Julio Gagó (electo por Lima), Luz Salgado (electa por Lima), Gian Carlo Vacchelli (electo por Lima); de Alianza por el Gran Cambio Luis Iberico (electo por Lima); del Apra Luciana León (reelecta por Lima);de Alianza Perú Posible Daniel Mora (electo por Lima y ministro de Defensa), Cecilia Tait (electa por Lima)… y la lista sigue, -se puede ver la relación completa en la página web del Congreso-.
Pero lo sucedido en el Congreso y que se ha convertido en la polémica cotidiana no es un hecho aislado, sucede lo mismo en pequeñas esferas como los municipios en donde los alcaldes entrantes incrementan las dietas, se suben el sueldo o contratan a diestra y siniestra a personas de dudosa reputación que después los sumergen en escándalos y peor aún, lloriquean sobre “la leche derramada”.
La corrupción y la desvergüenza están instaladas en cada rincón del país, en cada organismo del estado y hasta en el recodo más lejano donde se chupa la sangre del fisco para violar la ley legitimar el desmán, la tropelía y el abuso. Muchos felizmente han sido destituidos de cargos públicos por sus reprochables actitudes, por su inmisericordia para ejercer la justicia y por su desfachatez. Porque ingresaron al aparato estatal para servirse y no para servir.
(1) Según informó el mismo Congreso en un comunicado en el que se señala que el dinero ya estaba presupuestado y que se entregó en dos armadas (el 27 de julio y el 2 de agosto).
