La flamante titular del Ministerio de Cultura, dio recientemente un discurso que delinea el trabajo que realizará en los próximos años como responsable de este organismo. La elección de Susana Baca, es uno de los aciertos ministeriales más contundentes que ha tenido el nuevo gobierno y que promete repotenciar el alicaído trabajo de ese ministerio en todos sus aspectos.
“Vamos a emprender la lucha contra la desigualdad cultural, vamos a descentralizar la cultura, vamos a incluir a todos para que la palabra de todos tenga un mismo significado y sentido. No me dejen sola" ha dicho con emoción instando a los peruanos a contribuir con los temas culturales que muchas veces son obviados por los mismos protagonistas.
Nos sobran razones para sentirnos orgullosos de las manifestaciones culturales de nuestros pueblos, desde los más recónditos hasta los más cosmopolitas, el Perú es una fiesta inagotable de costumbres, danzas, lenguas, fiestas populares, textiles, cerámica… Cómo no sentirnos orgullosos cuando hablamos de Vallejo o Mariátegui, de Scorza o Cisneros, Belli, Corcuera, Oquendo de Amat, Varela, Vargas Llosa, Bryce, Ribeyro, Szyszlo, Sabogal, Zevallos, Fierro, Carvallo…
Machu Picchu, Chan chán, Kuelap, Sacsayhuamán, Ollantaytambo, Marca Huamachuco o los templos coloniales que fusionan las culturas andina e hispana sobre la piedra andina con arcos romano y sangre india, ocre pintado en cuadros fabulosos de la Escuela Cuzqueña. Razones nos sobran para sentirnos grandes, orgullosos y felices, pero nos falta conciencia e identidad.
"Que los descendientes de los incas, hoy marginados, puedan volver a ser dueños de sí mismos; que mis hermanos amazónicos puedan volver a tocar su música acorde con sus pájaros de hermosos colores. Que el perdón que aprendí de mis hermanos afroperuanos siga su camino para danzar con ritmo y alegría; y que José María Arguedas, en su centenario, sepa que pudimos hacer el Perú de todas las sangres". Dijo la diosa de ébano de la cultura peruana en su mismo discurso.
Hay mucho camino que andar y en cierta forma desandar los pasos equivocados que dieron gestiones anteriores, reformular el nuevo esquema de la cultura con el que se trabajará y despercudirse de los elementos ineficientes que han hecho de las sedes regionales ostras para todo accionar cultural, olvidando la razón de su ser y el norte de sus funciones. Urge una evaluación de las acciones realizadas en los últimos años por cada sede regional y extirpar la vieja ideología de que las instituciones culturales del Estado son el refugio de allegados a un partido, sino que debe concederse a personas que hayan aportado a lo largo de su vida a la cultura y que se involucren con ella.
El Ministerio de la Cultura no puede ser un club de aficionados al que hay que presentar un documento de identidad para ingresar a un espacio que por historia pertenece a los peruanos, que por legado pertenece a los peruanos y por el más simple raciocinio solo es de los peruanos. Es hora de reformar a todo ese aparato deficiente que cercena la cultura, que la niega, la agrede y que le cierra las puertas cual reyezuelo encastillado.
Susana Baca ya anunció algunas reformas inmediatas que los peruanos esperamos se concreticen en los próximos días.