Conceptuado el
bullying como un modo de trato entre personas, siendo su significado
fundamental acosar, molestar, hostigar, obstaculizar o agredir físicamente a
alguien. Es además un continuo y deliberado maltrato verbal y modal que recibe
un niño o niña por parte de otro u otros, que se comportan con él o ella
cruelmente con el objetivo de someter, arrinconar, amenazar, intimidar u
obtener algo de la víctima.
El término bullying
se oye a diario hoy, sin embargo su existencia no es nueva. Estuvo presente en
todas las sociedades y en todos los tiempos, mucho más en el Perú, un país tan
complejo y tan lleno de absurdos complejos y tan variado en razas y castas.
Sin lugar a dudas
uno de los ejemplos más palpables de este problema conocido hoy como bullying
es nada menos que el cuento del escritor peruano César Vallejo, Paco Yunque,
esa telúrica historia que nos conmueve en primaria cuando la leemos por primera
vez y que nos deja una huella indeleble por el resto de nuestra vida.
La historia
transcurre en una escuela de un pueblo innominado; si bien sabemos que el
personaje principal, Paco Yunque, procede del campo, no podríamos precisar si
la escuela se sitúa en la costa o la región andina peruana. Tampoco podemos
precisar la época en que se desenvuelven los hechos, aunque lo obvio sería
situarlo en las primeras décadas del siglo XX.
El relato empieza
con el primer día de clases de Paco Yunque, hijo de una empleada doméstica que
labora en la casa de Dorian Grieve, el gerente inglés de los ferrocarriles de
la Peruvian Corporation y alcalde del pueblo. Precisamente, la razón por la que
Paco iba a la escuela era para que acompañara en sus juegos y estudios a
Humberto Grieve, el hijo de patrón, de la misma edad de Paco.
Desde su llegada,
Paco Yunque se enfrenta a la hostilidad de un lugar ajeno al campo donde
siempre había vivido. Sencillamente queda aturdido al ver tantos niños juntos y
tanto bullicio. Cuando ingresa al salón, el profesor lo sienta adelante, al
lado de otro niño llamado Paco Fariña, quien desde un primer momento se propone
ser su protector, frente a los abusos y maltratos de Humberto Grieve, quien se
justifica aduciendo que Yunque es “su muchacho”. El profesor tolera o minimiza
el comportamiento de Grieve, incluso su desidia y despropósitos, solo por ser
el hijo del hombre más poderoso del pueblo. Mientras que con el resto de
alumnos se muestra muy inflexible y severo.
Este abuso e
impunidad se ve reflejada aún más durante el examen. El profesor les dicta un
cuestionario sobre el tema de los peces. Mientras todos se dedican a responder
las preguntas, Humberto se pasa el tiempo garabateando y haciendo dibujos en su
cuaderno. Ya en el recreo, se pone a jugar brutalmente con Paco Yunque, hasta
hacerlo llorar; luego, de vuelta al salón, sustrae el examen de Yunque, borra
su nombre y pone el suyo. Al momento de la entrega de los exámenes, Paco Yunque
no sabe explicar la desaparición de su prueba y por lo tanto, es descalificado
y amonestado con reclusión. Grieve, quien entrega el examen de Yunque como el
suyo, obtiene la más alta nota y su nombre queda registrado en el cuadro de
honor del colegio. Lleno de impotencia por la injusticia, Paco Yunque se limita
a llorar, mientras que su amigo Paco Fariña le trata de consolar.
Según parece la
genialidad de César Vallejo, como un Julio Verne peruano ya anunciaba en la
década del 30 que vendría una ola de abuso con nuevo nombre dispuesto a golpear
y a hacer sufrir a los pacos yunques de todos los tiempos.