La labor de tres
periodistas se vio afectada el jueves cuando un grupo de policías arremetió
violentamente contras los hombres de prensa quienes cubrían su labor en medio
del humo de bombas y perdigones. Eduin Lozano Hernández, corresponsal de “Frecuencia Latina” en esta
localidad, Daniel Jayo López, corresponsal de “Sol TV” y Luis Armando Chilón
Boñón de “Radio Programas del Perú”, fueron agredidos con brutalidad. Según un
comunicado confuso de la PNP habrían sido confundidos con manifestantes pese a
que llevaban cámaras filmadoras cada uno de ellos.
Lo cierto es que en
Cajamarca hace buen tiempo que los periodistas han quedado en medio de dos
frentes y ya son varios los que han sido objeto de violencia por ambos bandos,
el de las fuerzas policiales y el de los manifestantes en esta huelga. Como fue
el caso del periodista Luis Mego quien fue agredido por un grupo de
manifestantes que le increpaban el manejo editorial de su programa, que querían
que piense como ellos; por eso lo reprendieron, golpearon y lo atacaron con
vileza. Definitivamente un hecho repudiable desde todo punto de vista.
En medio de ese conflicto
han surgido - como siempre pasa - oportunistas y azuzadores y lamentablemente
desde la misma prensa se insta a atacar a la misma prensa, los resultados de
esas actitudes incendiarias son evidentes, hay víctimas y victimarios.
Solo por citar un ejemplo,
cuando el corresponsal de Panorama
Cajamarquino fue agredido por las rondas de Celendín, quienes lo
secuestraron y lo golpearon el Colegio de Periodistas de Cajamarca no se
pronunció en lo absoluto, como sí lo hizo cuando unos periodistas fueron
agredidos por la policía hace dos semanas y como con toda certeza se
pronunciará esta vez porque los agresores son policías y el Colegio de
Periodistas ha dejado sentada su sesgada posición con respecto al trato que da
a los hombres de prensa cuando son agredidos. “Si son atracados por la policía
me pronuncio. Si son agredidos por los huelguistas hago mutis. Si son de medios
de Lima, silencio absoluto”.
Es loable sin embargo
destacar el papel del El Instituto Prensa
y Sociedad (IPYS) quien ha
lanzado alertas cada vez que ha habido agresiones y amenazas y la efectividad
de su actuación y la verificación de la misma antes de emitir una alerta son
loables.
La prensa cajamarquina necesita hoy más
que nunca estar unida y dejar de lado conductas divisionistas que no conducen a
nada y que solo siembran la enemistad, la desconfianza y vulneran la paz de una
sociedad que merece oxigenarse con dignidad y respeto y no con llamados a la
violencia.