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domingo, junio 10, 2012

Neologismos y adolescentes




Hace unos meses el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa, hizo unas declaraciones polémicas sobre el uso del lenguaje de los adolescentes en medios como el chat, el Facebook, Twitter y todas las redes sociales; se refirió al hecho de recortar las palabras y hasta otorgarles un significado distinto una especie de neologismos consensuados entre ese grupo adolescente de todas partes de mundo de habla hispana.

"Si escribes así, es que hablas así; si hablas así, es que piensas así, y si piensas así, es que piensas como un mono. Y eso me parece preocupante. Tal vez la gente sea más feliz si llega a ese estado. Quizás los monos son más felices que los seres humanos. Yo no lo sé", sentenció el escritor peruano-español sin miramientos.

Lo cierto es que razón no le falta para preocuparse, sin embargo es preciso reconocer que el idioma tiene una evolución –o involución –y es cambiante, se reproduce y también muere, por lo tanto no es posible mantenerlo en un estado de letargo y de sopor perpetuo.

Los adolescentes son el grupo principal que cuando quiere comunicarse utiliza términos como: 10 cholas = 10 soles, 10 gringas = 10 dólares, Me guardo = me meto a mi casa, Me meto al sobre = me meto a mi cama, Toy colga´o = estoy aburrido, En plan "h" = sin hacer nada, Toy caga´o = estoy mal, Jamear = comer, Jatear = dormir…

Feo=Federico, Tula=tú, Yo=Yoni (Pachecco), ¿manyas?= ¿entiendes?, Ronaldo= ron, estar de boleto=estar de amanecida, Toy aguja= No tengo dinero, Ya fuiste= Estar en aprietos, Que roche= Que vergüenza, No seas palta = No me avergüences, gomear=golpear, Cara = carabina, Latear=caminar.

Las palabras se abrevian o se alargan, lo cierto es que son modificadas adrede con un código nuevo, lo que definitivamente marca la personalidad del adolescente y sus ansias de querer cambiar lo establecido por considerarlo aburrido y poco convincente a su perspectiva. Por otra parte ese lenguaje adolescente tampoco es un descubrimiento reciente, la jerga existió generaciones atrás y nosotros y nuestros padres y los padres de los nuestros ya hablaban jergas con cierto sabor picaresco aunque no tan masivamente como sucede hoy con las redes sociales y el internet.

Lo explicado solo muestra que hay un permanente cambio del idioma, que está en movimiento y que no permanece quieto, mucho menos en el Perú en donde somos tan creativos y en donde pocas veces nos quedamos satisfechos con lo establecido, aun no siendo adolescentes.

La gramática sigue vigente, no podemos hablar de una barbarie sintáctica, pero al menos sería importante tratar de entender sus significados para poder decodificar los mensajes de los adolescentes como parte de una labor que no solo debe involucrar a los padres de familia, sino también a los docentes quienes están gran parte del tiempo en contacto directo con los alumnos y con quienes podrían interrelacionarse mejor si más códigos se conocen de esos neologismos que están marcando una nueva época en cuanto a su lenguaje.

Mientras mayor capacidad de códigos conozcamos será más fácil poder invitarlos a recorrer caminos como el de los buenos libros y de los buenos autores, las grandes obras de la literatura… más moscas se cazan con miel que con hiel, eso podría dar más frutos que contradecirlos en un buen y magnífico lenguaje.


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