La
historia de la prensa en Cajamarca no es nueva, los primeros registros con los
que se cuenta formalmente datan de 1847 en que aparece el “Volcán Termal”,
primer periódico cajamarquino y que fue seguido por cientos más durante los
años posteriores. Eran otros tiempos y la tecnología de entonces no era la de
ahora.
La
prensa en la actualidad se ha diversificado notablemente, el uso de la
tecnología la ha transformado tanto que no hay punto de comparación entre la
prensa de finales del siglo pasado y la actual – pese a que solo ha transcurrido
12 años de ello –
En
una reciente entrevista en un medio local, el decano del Colegio de Periodistas
de Cajamarca, profesor Iván león Castro explicaba sobre las restricciones
sinceras de la libertad de expresión, concluyendo naturalmente en que tal
libertad no existe en realidad, pues siempre está sujeta a parámetros
exteriores de empresa o de forma en el amplio sentido de la palabra. Y en
verdad no le falta razón, contradecir ese planteamiento sería descabellado y
falso. La libertad de prensa tiene mil restricciones y no existe en ninguna
parte del mundo en el absoluto sentido de la palabra.
En
la literatura y en la redacción, principalmente, se suelen usar expresiones
distintas para comunicarnos, expresiones en las que aparece la redundancia de
términos nos remiten a un pleonasmo, por ejemplo: Lo vi con mis propios ojos. ¡Métete adentro! Te vuelvo a
repetir. Cállate la boca. Cómete la comida. Sube para arriba.
Muy al contrario los dos conceptos de significado opuesto en una
sola expresión, que genera un tercer concepto nos remiten a un Oximorón cuyo
sentido es opuesto y hasta absurdo como “El instante eterno” “Llenos de vacío”,
“Luz negra”…
¿Qué es un Oximoron?
Un oxímoron es un imposible, un milagro, una contradictio in adjecto, una
inversión de las leyes de la naturaleza de incierto significado. Existen muchos
tipos de oxímoron y son pocos los escritores y amantes de las letras y la literatura
en general que no se han sentido en algún momento fascinados por esta
sorprendente figura del lenguaje, mucho más los periodistas.
Lo contrario del
Pleonasmo es un Oximorón, la antítesis, la polarización conceptual de los
significados. Lo mismo sucede en la prensa, la valoración de la noticia es
distinta para cada comunicador, más allá de cualquier concepto global que pueda
existir. Cada quien interpreta según sus propios razonamientos y sus
necesidades, como sucede cuando uno lee un libro o escucha una canción.
Alguna vez el
presidente Alejandro Toledo, antes de serlo, en una entrevista con la
periodista Mónica Delta, le espetó la recordada frasecita “Mira, Mónica, yo sé que tienes tu corazoncito, pero no
exageres” (Libro: “Minutos antes de las ocho” Mónica Delta. Ed. Mesa redonda 2009.
140 p. ( p. 86)).
Tal parece que en la prensa cajamarquina
también, todos tienen su corazoncito, todos tenemos… Por eso no es bueno
rasgarse mucho las vestiduras ni atacarse mutuamente porque al final todos
vivimos entre
el pleonasmo del dolor y el oximorón de la risa.