Como reza el refrán: A dios rogando y
con el mazo dando. Mientras el Congreso busca legislar sobre el Bullying y
busca sanciones y enmiendas para ese mal, también lo aplica con algunos
congresistas y más puro estilo colegial los toma a algunos por lo que los
peruanos llamamos “lornas”.
La Comisión de Defensa del Congreso
aprobó la insistencia de proyecto de ley que regula el empleo de la fuerza por
parte de la policía cuando sus vidas se encuentran en peligro, en medio de
insultos del parlamentario Jorge Rimarachín, quien dijo que se trataba de un “proyecto
del homicidio” porque hay “policías asesinos”.
Estas afirmaciones merecieron el
repudio de los legisladores de las distintas bancadas quienes le demandaron
retirar las ofensas. “Yo le pido que no use esos términos, más
aún si usted es profesor”, le increpó de forma enérgica el presidente
de la comisión, Tomás Zamudio (GP).
“En términos
estrictos si en Bagua hubieran tenido una ley como ésta no hubiera habido 24
muertos. ¿Quiénes son los que vienen aquí a decir en lenguaje demagogo otro
‘Baguazo’? Sí señor, pero ese ‘Baguazo’ lo propiciaron quienes tienen discursos
violentistas porque los que murieron fueron policías”, cuestionó el aprista Mauricio Mulder.
El aprista recalcó que la normativa
presentada por el legislador Octavio Salazar, se ajusta a los marcos jurídicos
que contempla la jurisprudencia internacional y los marcos normativos que en
este sentido existe en el contexto internacional en defensa de los derechos
humanos.
La iniciativa había sido observada por
el Ejecutivo, pero el grupo parlamentario decidió optar por la insistencia, que
fue aprobada por unanimidad. Rimarachín hizo uso de la palabra en su condición
de congresista, sin embargo no pudo votar por integrar el grupo de trabajo.
No se tomaron en cuenta las
observaciones del Ejecutivo, que planteaba tres requisitos para que la PNP
utilice en su defensa las armas que le entrega la ley para enfrentar al
terrorismo, delincuencia o narcotráfico.
“Que 1.- el policía nacional se
identifique como tal. 2.- Que dé la advertencia de su intención que va a usar
su arma de fuego y 3, “Que esa advertencia dure un tiempo suficiente para que
se tome en cuenta”.
“Lo que se estaba
buscando con esta norma es arrinconar a la policía, que tengan una inacción
producto del temor judicial de enfrentar al crimen organizado, a las turbas de
radicales y que prefieran como sucedió en Bagua que les disparen primero con
los lamentables saldos que ya conocemos”,
cuestionó el legislador Octavio Salazar.
Sin embargo la
congresista que “se pasó de la raya” y victimizó a Jorge Rimarachín, fue Luisa
María Cuculiza quien textualmente le dijo “Congresista usted trabajó antes conmigo y
en ese tiempo usted era una persona normal” lo que causó una
estruendosa carcajada de los parlamentarios. No cabe duda que el bullying no
solo es propio de los colegios y en menores de edad, sino que también
trasciende a otras esferas y que mejor prueba que lo sucedido en el Congreso y
con congresistas, al fin y al cabo el Congreso no es otra cosa que una
escuelita en grande, donde se insulta, se pela, se ríe y también, por cierto, se da el bullying de la manera más cruda y
ruin.