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domingo, agosto 12, 2012

El Estado de emergencia, una espada de Damocles sobre Cajamarca



Lo sucedió en el conflicto con la prórroga del estado de emergencia no hace otra cosa que reivindicar la postura impositiva de un gobierno que no está dispuesto a dialogar y que lo único que busca es ganar tiempo ¿para qué? La intransigencia viene de ambos flancos y la irresponsabilidad también, mientras tanto nuestros hijos van a clases cruzando las plazas apuntados por fusiles – esto sucede en Celendín donde mis hijas asisten a clases diariamente, es un hecho irrefutable, innegable, aunque personal-
Mientras las calles estén militarizadas, aun solapadamente, el turismo seguirá colapsado. Nadie va a venir a conocer el Cuarto del Rescate después de las imágenes que los canales capitalinos y los periodistas de la extrema derecha pasan a  diario haciéndonos pasar como una tribu de salvajes. Nadie quiere venir a una ciudad en donde los helicópteros de la policía y el ejército hacen turismo nocturno, generando malestar y temor sin ninguna razón ¿Por qué sobrevuelan las ciudades de Cajamarca, Celendín y Bambamarca por las noches? ¿Qué estrategia es esa que aplica el gobierno con el dinero de los peruanos? ¿No sería mejor que los policías disfrazados sigan a quien deben investigar y no a los periodistas o gente que consideran incómoda? Qué fácil es pedir que se prorrogue el estado de emergencia desde un cómodo canal limeño o desde una oficina editorial de un edificio capitalino; pedir que se militaricen ciudades en donde uno no habita ni su familia, donde no importa lo que pase o quienes mueran.
Se dice que el estado de emergencia garantiza la paz social, pero no se dice que mientras este dure no vamos a tener turistas ¿Por qué no se defiende con el mismo fervor que se defienden a las empresas privadas al turismo de Cajamarca? Mientras tanto se deja acéfala a la Dirección Regional de Turismo -en buena hora por un lado, la Sra. Angélica nunca estaba en su oficina, se pasaba más tiempo en su natal Chiclayo que en Cajamarca y la presión le impedía dar entrevistas a medios de comunicación que ella no consideraba “amigos” – pero el círculo vicioso continúa y el turismo sigue en picada aunque a cierto sector no le conviene mencionar más el asunto porque hoy ya no es por los huelguistas sino por los militares y policías, entonces el estado de emergencia es una espada de Damocles sobre Cajamarca y los cajamarquinos, reconozcámoslo.
El gobierno tiene la obligación de buscar la viabilidad del diálogo a través de los mecanismos que más le convengan con las autoridades electas por el pueblo de Cajamarca, lo demás es solo dar falsos y vanos protagonismos a intransigentes que han demostrado que son ases para entorpecer el diálogo y retroceder lo avanzado.
Hay tanta responsabilidad por la debacle turística en los convocantes al paro como por el estado por seguir convocando a un estado de emergencia en vez de buscar una solución definitiva a este conflicto. Los paliativos son solo eso, atenúan pero no curan la enfermedad y mientras no se la cure seguirá avanzando.
Al final no hay fecha ni plazo que no se cumpla, pero tampoco cuerpo que lo resista ¿Cuántas prórrogas más? ¿Cuántos decretos más? En cualquier momento se puede romper el crin del caballo que sujeta la Espada de Damocles ¿y entonces quién o quiénes, serán o seremos, los próximos muertos? 

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