rss facebook twitter linkedin youtube

Síguenos en FACEBOOK

lunes, junio 27, 2011

La universidad peruana es un problema latente


Cajamarca se queda con dos problemas pendientes en cuanto a presupuesto, se trata de las dos flamantes universidades creadas populistamente y sin previo estudio, la Universidad Nacional Autónoma de Chota  y la Universidad de Jaén, universidades que se quedan con presupuestos truncos y con temas pendientes con la Universidad Nacional de Cajamarca.

El Congreso de la República creó una serie de universidades en un afán proselitista, restando el presupuesto de unas, para otorgárselo a otras, sin tener en cuenta un trabajo previo de planificación ni un estudio que permita determinar las principales necesidades en cuanto a carreras y los requerimientos  de cada región en carreras universitarias.

El caos generado se va haciendo notar cada vez más, tanto la Universidad Autónoma de Chota (UNACH) como la de Jaén son universidades más subjetivas que objetivas y que serán encomendadas a la nueva administración educativa que asuma en julio los destinos de la educación en el Perú.

El partido entrante cuenta con buenos elementos técnicos en el tema educativo, no estaría mal reformular la engorrosa estructura legada por el gobierno de Alan García y precedida por Alberto Fujimori en los 90 quién dejó las puertas legales abiertas para la creación de universidades e institutos que eyectaron a profesionales – como lo mostró un reportaje reciente en televisión nacional- que no saben quien fue Víctor Raúl Haya de la Torre, Odría, Hitler ni Miguel Grau.

La gran mayoría de estas universidades, creadas en la dictadura y bajo esa legislación,  funcionan bajo el D. L. 882, elaborado por el régimen Fujimorista el año 1996. Dicha norma abrió la posibilidad de que hubiese universidades con explícitos fines de lucro. En un país que carecía –y que carece más cada día - de instituciones reguladoras que den garantía de estándares mínimos de calidad en la oferta de Educación Superior, ello condujo a lo que ahora caracteriza a la mayor parte de instituciones universitarias del tipo 882, es decir,  condujo a la estafa educativa, cuyos costos ya está pagando el país y lo seguirá haciendo por largos años, aún cuando se tomen medidas para detener y corregir aquello.

Es verdad que existen universidades sólidas con docentes de prestigio y que exigen al máximo las capacidades de sus alumnos y que varias de estas universidades están en Cajamarca, pero es muy cierto que muchas de las otras “operan”  a su libre albedrío también aquí y que merecen una revisión más allá de las triquiñuelas legales que sus asesores puedan hacer.
El Perú necesita mucho más en todo: en salud, en educación, en seguridad, pero de nada sirve desarmar una universidad para crear dos más o lo que criollamente conocemos como “desvestir un santo para vestir otro”.

Las acciones populistas de Werner Cabrera, quien quedó magnífico con su provincia de Chota con la creación vertiginosa de la Universidad Autónoma de Chota (para ponerla al servicio de miles de chotanos, bambamarquinos, cutervinos, hualgayoquinos y cruceños que ya no tenían que irse de su tierra, etc…) pero quedó pésimo con su alma mater, la Universidad Nacional de Cajamarca, tarde o temprano facturarán problemas sociales.

Similar actitud tuvo el no reelecto congresista Espinoza quien cuando se creó la universidad de Jaén se disputó locuazmente el crédito con, el tampoco reelecto, Alejandro Rebasa.

El gobierno entrante tendrá muchos retos y conflictos que resolver en todo el país, la educación es uno de los más graves – sin contar los 227 conflictos sociales de los cuales 17 son en Cajamarca y el 94% medioambientales- La educación en el Perú, merece un nivel superior, pero dosificado, medido y sobretodo planificado algo en lo que evidentemente los padres de la patria nunca pensaron. 

Balcon Interior

Bienvenidos a este espacio donde compartimos comentarios de opinión de Cajamarca Perú