La semana pasada se empezaron a distribuir 18 millones de preservativos en los centros de salud del MINSA, el producto fue donado por la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) como prevención ante el virus del VIH-Sida según informó el Ministro de Salud, Oscar Ugarte.
Ya en julio pasado, la Red Peruana de Trans, Lesbianas, Gays y Bisexuales (TLGB) alertó sobre una escasez de preservativos y acusó a las autoridades de Salud de negligencia al no comprar en forma oportuna 65 millones de preservativos en 2010, los que son distribuidos en forma gratuita en los centros de salud.
Solo en el primer trimestre del 2010 se reportaron 296 casos nuevos de infectados con el virus del VIH, de los cuales al menos 40 han desarrollado el SIDA, según un reporte de las autoridades sanitarias.
De inmediato, luego del anuncio del ministro Ugarte el Cardenal Cipriani, fiel a su estilo, usó el púlpito de la Catedral limeña para dar sus conceptos políticos y mostrar sus sesgados pensamientos en contra de la planificación familiar.
Calificó a la medida de favorecer el libertinaje y de incrementar el abuso sexual; para nada se le ocurrió pensar en que más bien se reducirían el número de hijos no deseados, abortos, contagios masivos de enfermedades como el SIDA y por ende el incremento de la miseria en los peruanos.
Sin embargo esta vez Cipriani no se salió con la suya, como suele suceder cada domingo en sus homilías cuando convierte a la iglesia en un campo de discursos políticos, a favor, de sus velados y soterrados intereses.
La directora del Movimiento Manuela Ramos, Gina Yáñez, consideró que opiniones tan cerradas como la del religioso, no ayudan a mejorar las condiciones de los adolescentes en el país.
“Quienes somos cristianos, están los espacios para eso, pero hay un Estado que tiene que proteger a los ciudadanos y particularmente a las adolescentes que requieran información para tener una vida sexual (adecuada y responsable), que empieza a temprana edad. Y para la mejora de las condiciones de ellos no ayudan para nada opiniones tan cerradas, tampoco abiertas a una realidad”, dijo.
Cipriani una vez más adopta una postura política que no le favorece a la Iglesia Católica, esa careta de inquisidor medieval no le va y hace mucho que se tornó en una máscara diabólica, en la otra cara de Dios.
La prevención a través de los preservativos es una medida que se aplica en los países desarrollados del mundo con resultados alentadores, no solo por la disminución de enfermedades venéreas y terminales como el SIDA, sino que controlan la natalidad sin tener que recurrir al aborto.
Sin embargo existen posturas filosóficas que arguyen que las iglesias necesitan de pobres para subsistir, de almas desesperadas con la necesidad irrefrenable de un milagro que los saque de su pobreza, entonces, quizás Cipriani bajo esa óptica, tenga mucha, muchísima razón.