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miércoles, setiembre 08, 2010

Morirás mañana


1. El escritor sale a matar

Negar que Jaime Bayly sea un escritor es un acto de mezquindad. Varios libros han demostrado que Bayly se ha consolidado como uno de los escritores más fuertes de la narrativa peruana de los últimos tiempos. Más allá de las estratagemas comerciales que el autor use para promocionar sus obras, no se puede negar el hecho evidente, de que su prosa es bien elaborada y la manera de hacer interactuar a sus personajes lo consigue con maestría.

Su penúltima novela “El cojo y el loco” resultó poco menos que satisfactoria, pobre y llena de deficiencias, un adefesio literario. Sin embargo, Bayly se ha reivindicado con sus lectores con su más reciente novela titulada “Morirás mañana”, novela que lo ratifica como un escritor fluido y de tramas inesperadas, al margen de una temática poco convencional que incursiona con crudeza en la cotidianeidad de la psicología individual.

Seguramente que los escritores pacatos y cucufatos saldrán a criticar sin reparos la novela de Bayly para llamarla fútil y trivial, sin escatimar esfuerzos en degradarlo como escritor y como persona, negando la secreta envidia que los corroe por el hecho de que un escritor como él, de relativa insipiencia, haya sido traducido a 20 idiomas y sus libros se vendan en casi todos los países europeos con un éxito pocas veces visto en escritores latinoamericanos.

La trama de la novela es sencilla: Javier Garcés, un escritor exitoso descubre, por un diagnóstico médico, que le quedan seis meses de vida; ante la noticia hace una lista de sus cinco enemigos más abominables, luego de identificarlos decide matarlos uno a uno, labor que no le resulta difícil sin dejar huella alguna, sin embargo, su última enemiga (Alma Rossi) aquella a la que tanto odiaba, resulta ser su salvadora, su cómplice y amante y no puede matarla porque en el fondo la amaba.

La obra hace una sátira divertida de la prensa peruana y de las diferentes líneas de cada diario, desde aquellos que se creen serios, o fungen serlo, hasta los más ladinos y perspicaces. Finalmente descubre que el médico, un hombre entrado en años, había cambiado las placas que en un inicio le diagnosticaban una muerte en seis meses como máximo y en realidad se encuentra más sano que nunca, aunque ya había asesinado a cuatro de los hombres que más odiaba.

El libro sugiere una continuación que probablemente sea parte de la anunciada trilogía. La novela es amena y sencilla, aunque para algunos pueda parecer que se hace uso de un lenguaje procaz. Las verdades de la vida no se pueden tapar con un dedo. Literariamente es una novela formidable.

Bayly no es un novato en la literatura, ha trabajado en diarios escritos desde joven, además de ser un exitoso showman. Bayly ha obtenido el premio Herralde (1997 con “La noche es virgen”) y el segundo puesto en el premio Planeta (con su novela “Y de repente un ángel”), premios notables en el ámbito de la literatura mundial (El premio planeta solo ha sido obtenido por los peruanos Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce, literatos de reconocida trayectoria y que tienen fama mundial). Bayly ha sido traducido al alemán, inglés, francés, mandarín, entre otros idiomas.

Desde su primera novela “No se lo digas a nadie”, donde hace uso de un recurso temático como la homosexualidad, su éxito ha sido imparable. Más, hoy en día, en que se encuentra a la homosexualidad como una conducta cada vez más difundida o menos escondida (cada día hay más gente que se atreve a salir del closet, a despercudirse de ese trauma de vivir una doble vida). Probablemente Bayly no sea el más idóneo para asumir la presidencia de un país, pero no podemos negar que su intelectualidad y su buen manejo idiomático, además de la creatividad sin límites, lo han convertido en un escritor notable y exitoso.

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