El último sábado juramentó el ministro de cultura, el cargo recayó sobre el antropólogo limeño Juan Ossio, quien pasará a la historia por ser el primer ministro de cultura del país en un flamante ministerio que seguramente dará empleo a miles de “compañeros” apristas.
En un momento se hablaba del escritor Mario Vargas Llosa como un probable nominado al puesto, sin embargo la aceptación del cargo era difícil dada la condición cosmopolita que tiene el autor de la “Ciudad y los perros” y que ocupa casi todo su tiempo en la producción literaria. Por eso García optó por uno de sus amigos más íntimos.
Ossio tiene menos de un año para hacer su gestión con la gente más idónea, elaborar un plan de trabajo que sea sostenible y pensar en las necesidades que el ministerio requiere para desempeñar un buen trabajo y estar a la altura de países como Venezuela o Ecuador que han demostrado tener ministerios en este ramo que pueden tener cierto control con el fomento y la recuperación de la historia y la cultura como pilares sólidos de una nación que se proyecta a un futuro inmediato.
El Ministerio de Cultura viene a ser el Ministerio 17 entre las administraciones que tiene la República Peruana y su creación se hacía impostergable ante la ineficacia del Instituto Nacional de la Cultura en todo el Perú, desde la mala política aplicada en Machu Picchu, política que ha permitido que la Ciudad Sagrada de los Incas se chilenice, hasta los ejemplos más cercanos como la invasión de Huacaloma en Cajamarca y la extinción de la mayor parte de las ruinas pertenecientes a todas las culturas que se desarrollaron o tuvieron influencia en el que hoy es territorio peruano. Pasando por el centralismo absurdo y pernicioso.
Por el momento el flamante ministro anunció: “Una de mis grandes preocupaciones con respecto al patrimonio monumental es el saqueo de las iglesias y las huaquerías, así como el comercio ilegal de las piezas arqueológicas y coloniales. Desde hace mucho tiempo he venido conversando con la policía para crear un cuerpo especializado en la protección del patrimonio cultural, como existe en España o Italia. Conversando con el Ministerio del Interior y recibiendo el apoyo de entidades extranjeras, podríamos tener un cuerpo especializado. Junto con eso, el inventario del patrimonio cultural es fundamental”.
Sin embargo, paralelo a ese tema defendió la inclusión del Instituto Nacional de Desarrollo de los Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuano (Indepa) –Instituto de donde Eliane Karp se birló 5 millones de dólares y después apareció con el rostro planchado insultando a -Federico Kauffman Doig, de quien dijo, cuando este la dejó en evidencia: “es un pobre imbécil todo eso es falso, yo no tengo la posibilidad de llevarme nada. Todo se trató de una coordinación entre el INC y el gobierno austriaco. Ese infeliz desde el 2001 le ha estado pidiendo trabajo a mi esposo”- Lo que siembra dudas sobre la labor que realizará el nuevo ministro con organismos como este.
El país necesita de un Ministerio de Cultura que actúe con responsabilidad y que no se politice. Sería prematuro juzgar al primer ministro de cultura peruano, pero no lo será de aquí a unos meses si vemos que el nuevo organismo estatal está plagado de apristas arribistas.
La ley del mecenazgo puede ser un importante apoyo a los exiguos fondos que el Estado destine para recuperación y fomento, la estrategia del mecenazgo en la recuperación de centros históricos, casonas coloniales, balcones y portadas ha tenido un éxito rotundo en otros países; aquí no tiene porque ser distinto.
García ha demostrado no poder manejar el tema de la educación, nos queda la duda de que pueda manejar el tema cultural cuando se encuentra de salida o si superpondrá el uno al otro; o es se trata de una cortina de humo más para:… abracadabra, desaparecer unos millones del fisco.