Si la estrategia de los apristas fue sacar de carrera a Kouri – aunque valgan verdades, Kouri quiso pasarse de listo y burlar la ley con el cuento del domicilio fiscal- las cosas no les han salido muy bien, la tacha contra Kouri ha sido el resorte que catapultó a la candidata de la izquierda Susana Villarán en la carrera por alcanzar el sillón municipal de Lima Metropolitana.
Las últimas encuestas muestran una diferencia de intención de voto de por lo menos dos puntos porcentuales entre Susana Villarán y Lourdes Flores. A menos de veinte días para las elecciones, el panorama para la candidata de Unidad Nacional no se muestra muy prometedor.
La estrategia de Susana Villarán le está dando resultados resplandecientes, no solo tuvo la suerte del resorte electoral que le otorgó la salida de Kouri de la contienda, sino que a ello se sumó la impertinencia del presidente de Alan García de mostrar abiertamente su adhesión a la candidata Flores Nano, lo que devino en una inclinación popular hacia la candidata más débil hasta ese momento, la candidata de Fuerza Social.
Las izquierdas miran con optimismo el incremento de intención de voto en los últimos sondeos, sin embargo ese “rompope” ideológico que ha formado no deja de preocupar a los de derecha y ultra derecha, no sin justa razón, si tenemos en cuenta que en el partido de Villarán se encuentra fusionada la izquierda “desunida” y la ultraizquierda.
Susana Villarán para no perder electores por el momento sigue manteniendo una postura tibia, no quiere polarizarse del todo, por eso prefiere hablar de una candidatura de izquierda y derecha, que probablemente no sea muy clara por el momento, pero que se espera que se cristalice en los próximos días para definir el voto del abultado grupo de electores indecisos en Lima.
Sutep, Patria Roja, MNI sin duda no son una mistura que García esté dispuesto a saborear con el mismo ahínco que saboreó los potajes de Gastón Acurio y su festival gastronómico, tampoco un amplio sector de los limeños que acudirán a las urnas este tres de octubre, por eso es mejor la mesura mientras llega el momento definitivo.
Por el momento las cartas están echadas, cada día que pasa es un nuevo punto a favor o en contra de cada uno de los dos candidatos que han mostrado más fuerza en la contienda electoral de la capital de la república; el pastor Humberto Lay ha quedado en un rezago permanente que se ha reflejado en una constante desde el inicio de la campaña.
Sin embargo, al margen de ese empate técnico que representa el 33% de Susana Villarán contra el 31% de Lourdes Flores, no significa que haya una decisión de un modo definitivo, tengamos en cuenta que faltan más de dos semanas para los comicios, que existe un 13% de indecisos que al final serán quienes resuelvan y determinen la elección. Por otro lado el 31% de Lourdes Flores, ese tercio del electorado limeño se ha mantenido sólido y estable lo que significa que difícilmente habría una variación, menos tendencia a la baja en Unidad Nacional, si en los próximos días transcurre la campaña con normalidad.
Las injerencias de Ollanta Humala, como ya lo hizo expresando su respaldo a Villarán, solo le hacen daño a la candidata; como le ha pasado a Lourdes con Alan. Sería mejor que algunos sectores oportunistas de la política peruana se abstengan de informar sobre sus predilecciones electorales en bien de los candidatos a quienes no les favorece el camino recorrido por políticos de vieja data que están cargados de errores y que arrastran un pasado poco transparente como para adherirse a tal o cual candidatura.
Por el momento el camino es el mismo. El rezagado pastor Lay ha visto con tristeza pasar una vez más, probablemente la última oportunidad política de su vida, sus aspiraciones políticas de largo. Lima Metropolitana no es un redil.
Mientras tanto Susana y Lourdes esperan impacientes no cometer más exabruptos, como los de Cataño por Lourdes, o los de Amaya por Villarán, ya que en esta recta final cualquier error podría dejar a una de las dos a la vera del camino.