El facilismo de las
mentes obtusas es singular y esperpéntico, cuando los medios de comunicación
denuncian hechos dolosos los corruptos sienten que se les pone el dedo en la
llaga, los incompetentes son lanzados por los resortes de sus cómodos muebles
mientras vegetan en las oficinas estatales de cualquier institución –entre
muebles con franela verde o roja y mobiliario codificado e inventariado porque
le pertenece al Estado-
Hace tiempo que
Cajamarca se llenó de incompetentes, las dependencias se saturaron de ineptos y
las oficinas se multiplicaron pero también se saturaron de inútiles que
pretenden ahora que la prensa les haga la tarea, para ello recurren al
hostigamiento, al recurrente y patético citatorio, como si uno tuviera el
tiempo y la obligación de atender sus necias citaciones.
Lamentablemente la
burocracia es una pandemia en el Perú como lo es la deslealtad y la tozudez de
la ignorancia, todo lo que sale de una institución pública resulta una
verdadera desgracia, desde la atención más elemental hasta el trámite más
complejo.
Los organismos
creados para combatir los males de nuestra sociedad deberían tener sus propios
métodos para resolver sus problemas y no recurrir, menos obligar, a que la
prensa les haga la tarea y les facilite toda la información –Hagan
algo señores, la vida no solo es vegetar en muebles viejos de oficina, ni
tampoco seguir los pasos noche y día, cámara en mano, de quienes no les somos
ni les seremos amigos. La vida no solo es eso. Basta ya de tanta foto, de tanta
cámara en la esquina de la calle, no van a descubrir nada interesante-
Sería más oficioso
seguir a los criminales, perseguirlos por los parques y no despegar la mirada
de ellos ni un instante. Sería más oficioso pararse frente a la casa de ellos y
hacerse los que leen el periódico. Sería más oficioso saber las mínimas
costumbres de ellos, robarles a ellos la bolsa de basura para examinarla
minuciosamente –me imagino ese cuadro deprimente-
En toda esta guerra
psicológica uno de los dos debe estar demente, ustedes que insisten o yo que no
desisto, pero definitivamente alguien de los dos está perdiendo el tiempo
inútilmente.
Pónganse a leer,
escriban un artículo, díganle a sus hijos o a sus esposas cuanto los quieren
pero ya dejen de… sigan enviando citaciones, al final nos tenemos que ver y
apelaré a mi derecho de reservar mi fuente y ustedes, mis queridos amigos
gendarmes –un dos… tres cuatro- van a tener que hacer su tarea, yo no la
haré por ustedes ya no sigan haciendo ese triste papel. Nos vemos el viernes.