Según reciente estudio las
emisiones de mercurio de la minería de oro artesanal en Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú están entre las más elevadas del mundo, lo que representa una
amenaza a la salud y al medio ambiente por la alta toxicidad de esta sustancia,
que se evapora fácilmente y puede permanecer por años en la atmósfera.
Esto se desprende del
análisis del centro Mercury Watch, dedicado a recopilar, analizar y publicar
informaciones sobre las emisiones de azogue originadas por la extracción
artesanal de oro y que ha presentado hoy sus resultados a los delegados de más
de cien países que negocian en Ginebra un tratado para reducir y, a largo
plazo, eliminar su utilización.
Según esa evaluación, que
fija un nivel máximo de emisiones entre 50 y 500 toneladas por año, se estima
que las actividades de la minería informal de oro en Colombia emiten hasta 180
toneladas de mercurio anualmente.
A ese país le sigue
Bolivia, con 120 toneladas; Perú (70); Ecuador (50); mientras que Brasil se
encuentra en la escala inferior —emisiones entre 25 y 50 toneladas anuales— con
45 toneladas.
China es de lejos el mayor
emisor con relación a la minería de oro artesanal, con 444,5 toneladas al año.
Sudán y Ghana figuran como
los principales en África, con 60 y 70 toneladas, respectivamente.
En la minería ilegal el
mercurio es utilizado esencialmente para concentrar el oro, metal al cual se
adhiere hasta formar una amalgama pesada que luego es fácilmente separada de
otros minerales, un procedimiento que resulta barato, simple, rápido y efectivo
para las personas que se dedican a esta actividad, quienes muchas veces ignoran
los graves efectos que la manipulación de esta sustancia tiene para su salud.
Los efectos nocivos del
mercurio están científicamente corroborados y entre ellos figuran graves daños
neurológicos, además de causar deformación fetal cuando la víctima de la
intoxicación es una mujer embarazada.
Las negociaciones del
tratado internacional que busca reducir y, finalmente, eliminar el uso del
azogue entraron esta semana en Ginebra en su fase final, de la que se espera
que surja un texto definitivo que debe ser aprobado por los estados a finales
de 2013 en Japón.
En América Latina, las
prácticas mineras artesanales en la búsqueda de oro son particularmente
nefastas en Perú, “donde se usa mucho” ese elemento y donde —como en otros
países de la región— por cada porción de oro que se extrae se utilizan veinte
de mercurio, según explicó en Ginebra la investigadora del Consejo del Oro Artesanal,
Paleah Black Moher.
Las experiencias que
Cajamarca ha tenido con el mercurio son nefastas, desde Hualgayoc hasta
choropampa, que da una luminosa estela que brilla y que trae recuerdos de
muerte y desolación.