No hace falta ser
un zahorí para darse cuenta de las intenciones que han unido nuevamente a los
miembros del Frente de Defensa de Cajamarca. Cajamarca ahora tiene proyectados
dos acontecimientos de trascendencia nacional y que van a concitar la atención
de todo el Perú y hasta de los extranjeros, se trata de la fiesta más popular
de los cajamarquinos como es el Carnaval y de la reinserción del UTC en la
escena del futbol nacional.
El UTC se reestrena
en el fútbol profesional el 10 de febrero en un partido con el Alianza Lima,
coincidentemente se realiza ese mismo día el concurso de Comparsas y Patrullas.
A medida que los
acontecimientos que captan la atención de todos en Cajamarca se acercan, se
trazan nuevas marchas anticonga para hacer notar que el conflicto continúa, lo
que evidencia que las intenciones de los
defensores de Cajamarca apuntan a boicotear los acontecimientos deportivos y
del carnaval, al fin y al cabo ambos son vitrinas excelentes para poder mostrar
lo que ellos persiguen.
Cuando uno es niño
y tiene visitas en casa, una linda manera de protestar es hacerlo ante ellas,
aunque la osadía cuando se hayan ido pueda costar caro. -Es una estrategia infantil pero
que da buenos resultados-
De cualquier manera
la estrategia de arruinar el show a quienes lo protagonizan parece ser el objetivo
de esa extraña reunión entre personajes que se dijeron de todo y que marcaron
distancias claramente. Cada uno marcó su terreno, se lanzaron frases y
discursos y hoy, aunque parezca extraño vuelven a reunirse y se dan la mano.
Los intereses
existentes en cada uno de ellos son evidentes, las aspiraciones políticas de
Patria Roja, del MRTA, de las ONGs. Frustrados candidatos a la alcaldía y a la
presidencia no encuentran mejor caldo de cultivo que un discurso ambientalista
para buscar réditos. Todos estamos de acuerdo con defender el agua, pero no
estamos de acuerdo con oportunismos políticos de quienes buscan aprovechar el
momento que atraviesa Cajamarca para hacer de las suyas con la escena
cajamarquina y convertirla en jirones como ha sucedido con la economía y con el
turismo fundamentalmente.
Sorprende cuando
los pensamientos tan antagónicos hasta hace unos días, de los líderes
ambientalistas, de repente hoy toman un mismo rumbo, y eso anuncia que la
reciente reunión de vientos terminará en una cosecha de tempestades. Estamos de
acuerdo en defender el agua pero no de esa manera. Ya el año pasado cinco
víctimas inocentes murieron, ellos no estuvieron protestando siquiera, fueron
baleados, acribillados, asesinados por las balas del gobierno que encontró el
pretexto perfecto para marcar un nefasto precedente.
Que mueran a la
hora de la tempestad, quienes sembraron vientos a la suena lógico y hasta
heroico, las personas que viven y actúan como predican merecen la admiración de
todos. Pero los cobardes que lanzan la piedra y esconden la mano o que a la
hora de las balas están escondidos a
buen recaudo, merecen el repudio general.
¿Quien recuerda a
las víctimas de Celendín y a la de Bambamarca? Mucho flash y mucha pose hubo el
día de la misa y el sepelio, hoy nadie los recuerda y los que dicen recordarlos
no saben cómo se llamaron. Ellos están muertos, sus madres los siguen llorando,
sus esposas, sus hijos… Para ellos ahora de nada sirven los aplausos ni las
rosas blancas, ni los vientos que sobre ellos se siembren ni las tempestades
que caigan el día de mañana, aunque estas sean de agua y de sangre.