Nos ha tocado vivir en una ciudad llena de historia, por donde miremos veremos retazos de tradición, fragmentos de siglos, de hechos y acontecimientos que nos llenan de orgullo y de también de tristeza.
Las casonas de centro son en su mayoría centenaria y deben ajustarse a ciertas reglas que no rigen a las viviendas que se encuentran fuera del Centro Histórico, deben aprender a convivir con ciertas condiciones que impone la ley, una de ellas es que no pueden estar sujetas a transformaciones exteriores, por ejemplo.
Pero como en el Perú tenemos una salida para todo, hemos aprendido a “sacarle la vuelta” a la ley y hacer interpretaciones de ella que acaban violándola o infringiéndola, según la conveniencia y el interés de cada uno.
Otra de las prohibiciones es modificar las fachadas de las casas coloniales y que se encuentran en el Centro Histórico, sin embargo algunos funcionarios del ex Instituto Nacional de Cultura, hoy Dirección Regional de Cultura, han decidió que la ley está hecha para que la cumplan otros y no ellos.
Una de las oficinas de esta entidad que evalúa los proyectos que incluyen modificaciones es la de arquitectura, sin embargo quienes allí trabajan no cumplen la ley y abren puertas en una casona colonial con la única finalidad de darle a la propiedad un valor comercial. Cualquier cajamarquino que solicite la autorización para abrir una puerta en una casa colonial y que se encuentra en el Centro Histórico sería inmediatamente rechazado, pero como se trata de un funcionario del ex INC eso ha sido posible. Los encargados de hacer cumplir la ley la incumplen, la violan sistemáticamente y sientan malos precedentes para otras personas que no respetan el Centro Histórico.
Otra de las escenas vivas del desacato y de la manera en que se violenta la ley es el giro que puede tener un pasaje peatonal para convertirse en vehicular por intereses personalistas de quienes tienen vehículos.
Los usos de un pasaje en el que se ha construido una casa por ser justamente pasaje peatonal no pueden someterse a un referéndum para ver si se cambia el giro o no. Cajamarca necesita áreas verdes y corresponde a cada vecino sembrar y cuidar el jardín que se encuentra en su puerta ¿Por qué esperar a que lo haga el municipio?
En Cajamarca somos un aproximado de 200 mil habitantes 8 Mts.2 correspondería de área verde a cada persona. Nos corresponderían 160 hectáreas de áreas verdes a los cajamarquinos, sin embargo solo tenemos 38, de estas 38, 24 pertenecen al Qhapac Ñan lo que nos da un margen de 14 hectáreas entre plazas, plazuelas y jardines exteriores de algunas viviendas, no es nada loable pavimentar jardines para hacer ingresar vehículos cochambrosos y destartalados, agentes contaminantes en extremo.
La ley se viola sistemáticamente, con aval del alcalde como en el caso de los pasajes peatonales y con aval de funcionarios del ex INC que miden con varas distintas las solicitudes de destrucción del patrimonio. Nadie puede autorizar el desacato y fomentar el irrespeto a la Constitución, quien lo hace merece una sanción, sea un ciudadano de a pie o el presidente de la república.