El viernes el Presidente de la República juramentó como Ministro de la Producción a Luis Nava Guibert, un premio consuelo al frustrado aspirante al Parlamento Andino. Algo similar sucedió en Cajamarca con el cambio súbito de gobernador, en donde se le otorgó a Jorge Arroyo la gobernación por los pocos días que restan del agónico gobierno aprista.
¿Por qué será que al APRA le suceden cosas inesperadas en las postrimerías de sus dos gobiernos? En el primer gobierno aprista, en 1990, y faltando pocas semanas para el término del gobierno aprista, 48 miembros del MRTA fugaron del Penal de Canto Grande a través de un enorme y escandaloso túnel. Víctor Polay, encabezando este contingente de fugitivos, protagonizó una salida triunfal, acompañada incluso con fotos y celebraciones. Más pasmosa fue la transmisión, que hizo el canal de TV del Estado, de una proclama revolucionaria de Polay cargada de ataques al Presidente.
Esta vez, hace solo unos días el almacén aduanero del Callao misteriosa y sospechosamente se incendia y con él se destruyen millones de dólares en mercadería, insumos y una variedad indeterminada de productos ¿fue casual?
Pero las jugarretas del fin de semana tienen un inicio perspicaz y astuto, el exministro de Agricultura Rafael Quevedo renunció al cargo tras los cuestionamientos a una de las empresas de su propiedad, - Quevedo es un empresario avicultor, presidente y fundador de la empresa agroindustrial Talsa, que ocupa el noveno lugar en el ránking de empresas exportadoras de alcachofas del país. Es conocida también su postura a favor de los transgénicos, tema en el que tuvo algunas discrepancias con su par del Ambiente, Antonio Brack. - Jorge Villasante, hasta el viernes Ministro de la Producción asumió la cartera de agricultura y en su reemplazo juró el secretario de la Presidencia, Luis Nava, excelsas jugadas.
El nombramiento de Jorge Arroyo como gobernador de Cajamarca, pese a la contrariedad que tiene con los miembros de su partido ha demostrado que existen poderes innegables con el ex candidato al Congreso y que se anteponen a los intereses partidarios. Quedan menos de dos meses para que el aprismo abandone palacio y sus últimas jugadas no se han hecho esperar, jugadas que seguramente estarán acompañadas de más incendios inesperados, de fugas o indultos presidenciales y de nuevas sorpresas diarias; en el APRA y con algunos de sus miembros todo puede suceder.