El día 4 de mayo, por un involuntario error, publicamos en este diario un anuncio invitando a participar en un sorteo por el Día de la Madre, anuncio en el que se incurrió en varios y graves errores ortográficos que aparecieron como una insolencia ante nuestros lectores. Como editor de este diario expreso mis públicas disculpas.
El error no fue producto de la mala digitación del publicista, sino que se generó al trasladar el texto de la hoja de Word a un programa de diseño. Nos debemos a nuestros lectores por eso es preciso explicar las razones de lo sucedido con el infeliz desacierto. La edición de este diario será más cuidadosa en el futuro para impedir la publicación de faltas groseras.
También agradecemos a todas las personas que no dejaron de llamar para referirse al ignominioso error, todas las palabras dichas y las no dichas las hemos aceptado porque nos debemos a nuestros lectores y el error de esas proporciones no debió suceder.
Aunque dicen que desde que se inventaron las disculpas se acabaron los tontos, es preciso hacer la enmienda a manera de una fe de erratas.
Los medios de comunicación tienen la función de comunicar masivamente, por eso es preciso que quienes trabajamos en ellos lo hagamos con pulcritud y con el mayor acercamiento hacia la excelencia. Muchas veces los medios son tomados como referentes, de ahí la responsabilidad de lo que se escribe, dice o hace en cada una de las formas comunicativas que existe en la prensa.
Si bien no existe la perfección pura, por lo menos intentamos acercarnos a una parte de la buena redacción y ortografía.
Al respecto el argentino Horacio A. Bella en su blog Gran ímpetu refiere: “En mi caso odio tener errores ortográficos (lo cual no quiere decir que no los tenga, y si se ponen a buscar en el blog seguro encontrarán) y si estoy leyendo un texto que los tiene me resulta algo molesto y menos valedero que si no los tuviera.
Mantener la correcta ortografía no es una misión imposible y contamos con muchas herramientas que nos facilitan el trabajo. Como primer medida, algo que a veces hago es googlear alguna palabra que me genera duda, el “Quizás quiso decir” de Google puede sernos de gran ayuda. Una vez finalizado el texto a publicar sería una buena idea pasarlo por un corrector ortográfico, como por ejemplo revisor. También podemos agregar un corrector ortográfico directamente como plugin de WordPress.
Los errores de tipeo también son una muestra de desprolijidad en nuestros blogs, muchas veces generada por la voracidad en que generamos los post y los publicamos. Una simple re lectura luego de haber finalizado de escribir no cuesta mucho y puede solucionar varios problemas. La sintaxis muchas veces también se descuida, por lo general por borrar frases sobre la marcha, las cuales al volver a generarlas quedan sin sentido, esto, como lo anterior solamente se soluciona releyendo y viendo al post como un lector y ya no como el autor”
La tecnología es una herramienta muy eficaz, aunque a veces, como nos ha sucedido, nos juegue malas pasadas y nos conduzca a errores vergonzosos.