La política en el Perú nunca se caracterizó por ser transparente, siempre estuvo enturbiada por mafias que finalmente fueron las que gobernaron el país sobretodo en las últimas décadas. La maquiavélica reflexión “El fin justifica los medios” antepone a los gobernantes a evadir la ética y la moral para conseguir sus objetivos.
Las listas de candidatos al Congreso de los distintos partidos políticos han hecho rememorar al milagro de San Martín de Porras, quien pudo hacer comer del mismo plato a un perro, un ratón y un gato. Muchos políticos que hoy figuran en la lista de un partido político, estuvieron antes en otra.
Las listas congresales han resultado ser el más grande encuentro de los antagonismos ideológicos, en un mismo partido existen todas las categorías no de la sociedad peruana, sino de la moral peruana. Ser candidato ha resultado una tentación para muchos, solo hay que pagar un derecho de inscripción al partido –un aporte “voluntario” con monto fijo para financiar la campaña del partido- contar con algo de dinero para mandarse hacer unas gorras, polos, almanaques, ir a las zonas más pobres, tomarse fotos con niños famélicos y proponer cosas osadas como el matrimonio gay – ante el sustancial incremento de personas descontentas con su género en el Perú – Lo demás se viene solo o como lo ha dicho el presidente Alan García, una vez que ingresan en política “la plata se viene sola”.
El transfuguismo es la esencia que rige las nóminas de los candidatos al congreso en todas las listas presentadas. Tirios y troyanos revueltos en un masa amorfa, variopinta y extraña. Desde artistas de televisión hasta acusados de narcotráfico, desde comentaristas deportivos hasta quienes se hacen llamar invitados, independientes otros simplemente acaban de descubrir su orientación política y por lo tanto se cambian de un partido de ultra izquierda a uno de derecha.
Lo sucedido con el partido Fuerza 2011 tiene una singularidad excepcional, no solo figura una cuestionada enfermera que, según un informe de DINOES, hasta ha pasado varias noches en la cárcel dorada del ex dictador, sino que además ha hecho negocios con el Estado Peruano por más de 11 millones de soles. Otros candidatos que no pasan desapercibidos son el abogado de los militares acusados de crímenes de lesa humanidad, el hermano del reo Fujimori, el hijo, el médico… en fin, solo falta Vladimiro – el hombre malo que hacía las cosas sucias sin que el bueno de Fujimori sepa nada - .
Se acaba el periodo de los célebres comepollos, lavapies, planchacamisas, roba luz, mataperros, mascacoca, Ña Catita… Luego de las elecciones del 10 de abril otro panorama se presentará en el Congreso Peruano, otros rostros aparecerán con nuevas historias y con nuevos apelativos, nuevos escándalos nos esperan y otras versiones del Perú profundo, del Perú de barrio, de calle, de arenal, de farándula.
Las listas al congreso por nuestra región no han sido la excepción, cada una de ellas ha mostrado perfiles variados y curiosas, alianzas espantosas y otras realmente sorprendentes.
Parece que la navidad no es la única fecha del perdón y olvido, también lo son las épocas pre electorales, los enemigos se juntan en un abrazo, firman por un partido y se dan la mano; total si en la guerra y el amor todo vale, la premisa es válida también para las ocasiones en que uno quiere conseguir una dosis de poder, trabajar poco y ganar mucho, llegar a ocupar una curul y hacer historia por lo que no se hizo, ser un personaje popular y ser importante aunque sea por un corto periodo.
Los tirios, pobladores de Tiro, fueron según la historia los más acérrimos enemigos de los troyanos, probablemente tan acérrimos como muchos de los políticos contemporáneos, politiqueros de oficio que en nada se asemejan a los de antaño, a esos de verdad que forjaron la historia de la patria y elaboraron las leyes que después los “políticos” de ahora cambiaron y seguirán cambiando.