La incursión de la tecnología ha dejado en un segundo plano a los libros impresos. Los avances tecnológicos han permitido que lo virtual se extienda notablemente y que se digitalice casi todo.
El libro digital se ha convertido hoy en día en una opción nada desdeñable que ha incrementado el número de usuarios en los últimos años y es que en dispositivos pequeños se puede almacenar gran cantidad de información de diarios, revistas y libros completos.
En Internet es muy sencillo conseguir libros a través de descargas gratuitas de versiones originales y en varios idiomas. Desde “La Divina Comedia” hasta los cuentos de Quiroga o Ribeyro y por supuesto las novelas completas de Vargas Llosa o de García Márquez.
Pero nada de ello servirá mientras no haya la afición a la lectura, el apego que debe sembrarse desde la niñez y que debe alimentarse durante todo el transcurso de la vida.
Las bibliotecas son cada vez más escazas, pocos son los hogares que tienen una; se han convertido en lugares prescindibles lamentablemente se los considera como espacios superfluos, vanos y la lectura es cada vez más escasa.
Se leen textos sin mucha formalidad como mensajes electrónicos, correos vanos o las tediosas cadenas que abundan en el correo. Textos sin profundidad llenos de banalidades. Los libros que se exigen leer en los colegios se convierten en simples resúmenes que se bajan del Internet.
Y el problema no es selectivo ni sectorizado, no se limita a un grupo social como se pudo comprobar vergonzosamente cuando un programa de cobertura nacional entrevistó a varios congresistas quienes no habían leído una sola obra del Premio Nobel, Mario Vargas Llosa. Los que algo dijeron fueron los que recordaron las películas como “La ciudad y los perros” o “Pantaleón y las visitadoras”, todo lo demás fue un triste espectáculo, -ni que decir de la cajamarquina que dijo muy oronda haber leído “Ña Catita” cuando esta le pertenecía a Manuel Asencio Segura-
Está comprobado que los peruanos no leemos y lo más triste es que quienes están más obligados a hacerlo son los que menos leen como sucede en el amplio sector del magisterio.
Hoy el acceso a la lectura a través del Internet es una modalidad que crece más cada día, ya no es necesario comprar el libro en físico, sino que se lo puede descargar gratuitamente de ciertos espacios web. Sin embargo, de nada servirá el avance tecnológico mientras no haya la voluntad del hombre de adentrarse en los disímiles mundos que encierran los libros. Vivir viajes a otros planetas o al centro mismo de la tierra, llegar a la luna, llegar a otras naciones, otras épocas.
Leer no solo entretiene, leer permite incrementar el vocabulario, ampliar nuestro universo interior, forjar el espíritu y adentrarse en las ideas de mentes lúcidas de hombres y mujeres que nos antecedieron y a quienes pese a no haberlos conocido nunca llegamos a amarlos por el legado de sus obras.