En mayo del 2007 una noticia dio la vuelta al mundo. Más de 28 toneladas de monedas de plata y oro, valoradas en 370 millones de euros, fueron extraídas por buceadores "cazatesoros" de Florida (EEUU), en lo que fue considerado como el más rico resto arqueológico submarino descubierto hasta ahora.
Se trataba del naufragio de un barco español que transportaba los tesoros de América a España " luego de una batalla legal y de muchos estudios históricos se acreditó que La fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”, perteneciente a la Armada Española. Fue la que se hundió el 5 de octubre de 1804, tras entrar en combate con la flota británica.
La carga la componían un millón de pesos fuertes y 28 toneladas de objetos y materiales preciosos. Todo (o casi todo, porque el contrabando era una actividad muy querida en la época) aparece anotado en el manifiesto de carga. Hubo particulares que embarcaron lingotes de oro de 520 gramos, 4.600 kilos de plata labrada y pesos de oro, entre otras riquezas.
Los tesoros y las miles de monedas de oro y plata acuñadas que se transportaban en ese cargamento pertenecían a la América colonizada de aquel entonces, pero una de las fuentes principales de donde se abastecieron esos metales provino de las minas peruanas del centro de nuestro país y del Mineral Hualgayoc cuyo auge empezó el año 1771 y que en esos años se encontraba en su apogeo.
Los estudiosos del tema han demostrado según las evidencias de los Archivos de Indias que el cargamento contenía además medallas con diferentes nombres de ciudades y otros objetos finamente labrados. España inició entonces un proceso judicial de carácter internacional reclamando el tesoro como suyo, cuando Perú y otros países de América pidieron lo suyo se adujo que en aquellos tiempos éramos una colonia y no una república, por lo tanto no teníamos lugar a reclamo en ese botín.
“Ese barco tiene bandera española y Perú en aquella época pertenecía a España”. Así de terminante se mostró el ministro de Cultura de España, César Antonio Molina, cuando le preguntaron si Perú tendría derecho a reclamar parte del tesoro que contenía el galeón hundido supuestamente en suelo subacuático español.
España luego de unos minuciosos estudios a través de archiveros de esa nación determinó que la mayor parte de la carga de oro y plata que se encontraba en el barco (697.621 pesos de la época) pertenecía a unos 130 mercaderes españoles. El resto (253.606 pesos) era dinero de la Corona.
El Ministerio de Cultura del país ibérico presentó el pasado lunes nuevas pruebas ante el juzgado de Tampa (California) para demostrar que el barco que encontró la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration en mayo de 2007 le pertenecería a España, y se ha obstinado en que el tesoro sea compartido entre la empresa exploradora y ese país.
Odyssey tendrá que responder a las pruebas aportadas por España antes del próximo 17 de noviembre. A partir de ahí, el juez Mark Pizzo tendrá que decidir quién tiene razón o si el caso tendrá que resolverse en un juicio ante los tribunales. Mientras tanto los gobernantes peruanos, falsifican facturas por compra de pollos a la brasa, contratan a sus empleados como asesores y clonan boletas por pasajes que nunca pagaron.