El viernes 9 de marzo en el salón consistorial de la Municipalidad Provincial de Cajamarca se presentó el libro del cineasta cajamarquino Héctor Marreros, libro que ha sido editado por la Municipalidad Provincial de Cajamarca y que ha sido impecablemente impreso por Martínez de Compañón Editores.
Resulta difícil hablar del cine cuando no se es un cinéfilo a plenitud o se carece de experiencia en la materia, sin embargo, “El milagro del cine en Cajamarca”, si bien es cierto gira en torno a las experiencias del joven productor y cineasta Héctor Marreros, el libro aborda una serie de situaciones de cómo surge su pasión y su incursión en los escenarios, sus inicios en las tablas, sus primeras lecciones no solo de teatro, sino de amor y dolor y esas otras que están siempre cargadas de desamor.
El libro de Marreros es una historia personal a la que le añade toda su obra, esas que le ha significado ser uno de los personajes principales de esta historia que a veces se desdibuja y se pierde en una difusa línea entre la realidad y la ficción, como en sus guiones que ha escrito a lo largo de todos estos años para llevarlos al cine con vehemencia pero también con la dureza con que ha sido tratado para lograr producir cada film.
Así como los periódicos registran la vida de los pueblos a diario plasmando en sus hojas la historia de la gente que lo habitó, sus problemas, sus alegrías, sus momentos gloriosos e infaustos. Y como la imprenta se devora el papel y las placas imprimen sus huellas de tinta contando historias que el mundo leerá el día siguiente, la alegría o la tristeza del día siguiente, la tragedia inesperada del nuevo día que ya se asoma casi condenado. Tatuando muchas veces la tristeza en el alma de la gente; el cine reproduce historias que más allá de su trascendencia pasan siempre a los anaqueles del tiempo como documentos fílmicos que enmarcan una época, historias de un ayer que varía a cada instante y que transporta a quien la ve a un lugar y un tiempo definido. El cine puede hacer lo que hacen los libros, confabula secretamente con el tiempo como una máquina capaz de llevarnos a tiempos diferentes.
Cuando a mediados de los ´70 Luis Figueroa filma en la comunidad de Pariamarca la película “Los perros hambrientos” basada en la novela de Ciro Alegría, se hace el primer film propiamente dicho en Cajamarca – existe evidencia de videos caseros anteriores de reconocidas familias, como los archivos fílmicos que obran en poder de los descendientes del connotado minero hualgayoquino Eloy Santolalla Bernal- La película de Figueroa con una duración de cien minutos sienta el primer precedente cinematográfico en Cajamarca que continuará después Marreros con varias películas.
La tarea de Héctor Marreros en el cine no ha sido fácil, desde sus inicios hasta su acercamiento con SONOVISO como aliado en la producción fílmica hubo mucho sudor y lágrimas. Las peripecias que narra vívidamente dan cuenta de un ser transparente que en la vorágine de la vida se enamora muchas veces sazonando sus días con el afecto duradero de sus amigos. La traición como un elemento inquebrantable de la personalidad del ser humano no falta, el desasosiego, la tristeza por la pérdida reiterada no solo de personas amadas sino también de circunstancias que lo marcan.