Es bien sabido y no es ningún secreto, que los militares no destacan por su amplia cultura, menos por su elocuencia y muy pocas veces lo hacen por su brillantez innata. Los militares, debido a su formación castrense son tipos parcos, observadores y en algunos casos suelen ser buenos estrategas, pero nada que ver con la fluidez de palabra ni con la rapidez mental, salvo honrosas excepciones – esto último para evitar tener que responder cartas notariales-
La familia Humala ha puesto en serios apuros a su máximo exponente. El presidente Ollanta Humala no sabe qué decir hasta el momento ante el carga montón que se le ha venido por culpa de las gollerías de su hermano Antauro en la cárcel, quien además cada día le genera un dolor de cabeza distinto debido a que concede entrevistas, recibe visitas, hace un periódico, recomienda a empresarios internacionales, se rodea de amantes y es una auténtica piedra en el zapato para el líder nacionalista que, como si ya todo eso fuera poco, ha empezado a desdibujarse por la presencia mediática permanente de su esposa Nadine Heredia.
No solo eso, a todo lo que ya la prensa ha venido denunciando se ha sumado un coro de voces familiares formadas por el padre, la madre y hermanos. El patriarca Issac Humala, por ejemplo, tildó a la captura del líder senderista, camarada Artemio, como la “captura de un huachimán del narcotráfico”, comentarios que en nada ayudan a la gestión de Ollanta Humala y desmerecen el éxito de la guerra antisubversiva.
Ollanta llegó al poder por apoyo de las izquierdas, de eso no cabe la menor duda. Luego de su viraje a la derecha es preciso que reordene sus perspectivas y afronte la situación cada vez más comprometedora a la que su hermano Antauro Humala lo somete cada día sin el menor miramiento. Lo que es peor y denigra más a la justicia peruana y al INPE que además el reo Antauro Humala es un patán innombrable que aprovecha cada vez que hay cámaras para hacer patéticas escenas de poder.
Los acostumbrados mensajes de la Primera Dama en las redes sociales, -cuyo título es honorífico y no político- que al comienzo tantas veces dieron buenos resultados y hasta una estela de simpatía recorría en todos los medios, empiezan a enturbiar la imagen del presidente. Los peruanos votamos por Ollanta, la señora Nadine es una situación colateral, no se puede seguir permitiendo que el presidente del Perú esconda la cabeza como el avestruz mientras que el impertinente de Antauro ni siquiera guarde un perfil bajo, sino que muy al contrario se esmera diariamente en demostrar que es el preso consentido del Perú; aquel que tiene Internet, teléfono, una agenda llena para los próximos meses y visitas de índole sexual sin previa cita.
Los cuestionamientos surgen de todas partes, se habla de que no había un partido tras la propuesta nacionalista, de que todo fue una gran improvisación y que probablemente hoy sea el momento para ajustar las tuercas a ese cambio de dirección si es que se quiere mantener una línea de crecimiento… porque también podría pasar que esas tuercas se rompan y el viraje quede a medias o peor aún, sin dirección se corra el riesgo de caer al abismo.