Un incendio, por demás extraño dejó sin libros a varios millones de niños del Perú. El siniestro quemó el 60% del material escolar para este año; material que aún no se había repartido a los colegios. Además, se perdieron 40 mil computadoras personales y 21 mil notebooks para profesores. Una cifra preliminar habla de más de S/. 280 millones en pérdidas.
Curiosamente el incendio se produce a inicios del año escolar cuando más de la mitad de ese material educativo no había sido repartido; entonces surge una pregunta inmediata ¿A quién o quiénes les beneficia directamente este tipo de hechos que significan un atraso en la educación de los niños, sobretodo del interior del país? ¿Quiénes podrían beneficiarse directa e inmediatamente con un incendio que le ha causado casi la pérdida de 100 millones de dólares al Estado Peruano?
Dos peritajes, uno policial y otro de carácter internacional, se realizarán en el almacén siniestrado del Ministerio de Educación (Minedu) para determinar las causas del incendio del último jueves, ha dicho el viceministro de Gestión Pedagógica, Martín Vegas.
El funcionario dijo que al peritaje de la Policía Nacional con presencia de representantes del Ministerio Público, se sumará el peritaje internacional que hará la compañía La Positiva, que tiene a su cargo el seguro del almacén.
Vegas indicó que cuando culminen ambos peritajes se podrá determinar qué ocasionó el dantesco incendio, y recordó que el seguro de La Positiva brinda cobertura ante un posible accidente, pero también ante un incendio provocado por una acción criminal.
En otro momento, Vegas reiteró que el Minedu deberá realizar coordinaciones con las imprentas para reimprimir los textos escolares de educación inicial quemados y señaló que la entrega de los mismos se retrasará un tiempo.
Lo que demuestra claramente que las imprentas que hicieron los libros volverán a reimprimirlos, lo que puede resultar un negocio redondo si se tiene en cuenta que ya fueron impresos y que por lo tanto el trabajo de reimpresión será más sencillo.
Sin embargo, dijo que sí se necesitará el apoyo de empresas e instituciones para adquirir y reponer el material didáctico para educación inicial, es decir, kits para niños de 0 a 2 años y de 0 a 5 años.
“Se trata de juegos recreativos. Por primera vez, los nidos públicos iban a tener este material, pero se quemaron en el incendio”.
A las editoriales y a los que vuelvan a imprimir, a los que estaban cuestionados por los contenidos, a aquellos que habían escrito historias confusas sobre el terror les ha venido como anillo al dedo un incendio que sigue dando luces cada día y que despierta suspicacias, porque en el país siempre hay incendios en lugares cuestionados como sucedió hace unos meses en el almacén de aduanas.
Ojalá que ahora que se ha descubierto que el Archivo General de la Nación es una coladera y que existe un tráfico de documentos históricos no suceda un incendio inesperado de aquellos que brotan por un sospechoso cortocircuito y suelen borrar todas las huellas que dejaron los malos funcionarios de alguna gestión.
Mientras tanto las editoriales venden libros a diestra y siniestra coludidas en sórdidas mafias.