Ahora que todos quieren llevar el agua para su molino…
El Día Mundial del Agua se origina en la Conferencia del Uruguay para el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro, Brasil del 3-14 Junio de 1992, después de la cual, La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución por la que el 22 de marzo de cada año, fue declarado Día Mundial del Agua.
Las estadísticas mundiales afirman que hoy en día hay 7 mil millones de personas que alimentar en el planeta y se prevé que habrá otros 2 mil millones para el año 2050. Todas las personas beben de 2 a 4 litros de agua a diario, sin embargo, la mayor parte del agua que 'bebemos' está incorporada en los alimentos que consumimos: producir 1 kilo de carne de vacuno, por ejemplo, consume 15 mil litros de agua, y 1 kilo de trigo se 'bebe' 1 500 litros.
Cuando mil millones de personas en el mundo ya viven en condiciones de hambre crónica y los recursos hídricos sufren presiones, no se puede hacer como si el problema estuviera 'en otra parte'. Afrontar el crecimiento de la población y garantizar el acceso a alimentos nutritivos para todos exige una serie de medidas a las que todos podemos contribuir con las siguientes recomendaciones que dan los expertos:
Consumir productos que hagan un uso menos intensivo de agua; reducir el escandaloso desperdicio de alimentos; nunca se consume el 30% de los alimentos producidos en todo el mundo y el agua utilizada para producirlos se pierde definitivamente; producir más alimentos, de mejor calidad, con menos agua; llevar una alimentación saludable.
En todas las etapas de la cadena de suministro, desde los productores hasta los consumidores, es posible tomar medidas para ahorrar agua y asegurar que haya alimentos para todos.
El agua es un problema que en realidad va más allá de las fatuas cosas que de ella se hablan a diario usándola como una bandera para agitar o cubrir otras verdades. El agua es uno de los elementos de este planeta, uno de los legados más importantes de la naturaleza, la sangre misma de la tierra de este planeta en el que habitamos como seres pasajeros, como inquilinos breves que tendremos que dejar un día estas tierras y legarlas otra vez a nuevas generaciones. El agua es una verdad más transparente de la que algunos pretenden hacer enturbiándola con discursos y diatribas populistas.
El agua fue para nuestros ancestros más sagrada porque fue venerada y no es esa mascarada de carnaval en la que primero la defendemos para en nombre de ella, después denigrar varias semanas rindiendo culto a Baco y destruyendo todo en nombre de una fiesta pagana.
Ahora que hablar del agua se ha puesto tan de moda, ahora que todos quieren llevar el agua para su molino y dejar seco el del vecino, ahora que sería prudente pensar en que el agua que no se beba, sería bueno dejarla correr sin enturbiarla; pero recordando siempre que nunca debemos decir de esa agua no he de beber. Y si el agua no va al molino, que el molino vaya al agua porque el puente solo se arregla cuando alguien cae al agua.
El agua es una realidad más grande y profunda de la que hemos creído siempre y apenas empezamos a entender su real significado y esencia.
