La idea de que visitar a un psicólogo era sinónimo de estar con la razón alterada o encontrarnos en cierto estado de locura hizo que obtusamente hasta se denomine a estos profesionales como “loqueros”, nada más absurdo ni lejos de la realidad.
La vida en la actualidad se ha convertido en una cadena de días vertiginosos, donde si bien la tecnología nos brinda muchas comodidades, es muy cierto que toda esa tecnología nos ha hecho dependientes de televisores, radios, celulares, computadoras, lap tops, MP4, handsfree y que nos genera mayor tensión y estrés.
De una u otra manera, todos necesitamos un psicólogo, todos tenemos una sobrecarga emocional generada por el trabajo, el ruido de automóviles, cláxones horrendos, bulla por todos lados, silbatazos brutales, problemas laborales, conflictos familiares.
La asistencia psicológica es una necesidad imperante hoy en día, necesitamos despercudir el alma y la mente de los problemas que nos agobian, compartir nuestros problemas y buscar soluciones antes de que estos empiecen a afectar nuestra personalidad y por ende a nuestra familia, a nuestra esposa, nuestros hijos y toda nuestra vida devenga en un maretazo de problemas por no haber tomado las precauciones a tiempo.
Las pequeñas repeticiones hacen la costumbre, las costumbres hacen nuestros hábitos, los hábitos hacen nuestro espíritu, nuestro espíritu forja nuestra personalidad que es la base entera de nuestra vida.
Encerrarnos en nuestros problemas no resuelve nada, buscar ayuda oportuna puede significar la diferencia entre la felicidad o la desdicha, la salud mental es tan importante como la salud física y hasta podría decirse que es aún más importante ya que de ella depende la estabilidad misma de la salud del cuerpo.
La psicología, como ciencia y profesión, ha asumido los retos de un país con grandes dificultades sociales, muestra hoy un importante desarrollo teórico y metodológico; pero sobre todo ha tomado conciencia de que su objeto de estudio es la conducta humana, en los más diversos escenarios: familiar, laboral, deportivo, educativo, social- organizacional, y asume como su propuesta central la promoción de calidad de vida, a partir de un enfoque que enfatiza las potencialidades, los recursos de las personas y la comunidad.
No hay un campo en donde no participe, por eso es preferible que la asumamos como tal antes de que acabemos enfermos por el mundanal ruido, el mundanal y enfermizo caos en el que vivimos atosigados de noticias infaustas, de televisión con programación agresiva, de películas violentas y sin valores, de literatura cada vez más sexista y menos humana y acabemos hablando como locos de verdad por las calles, riendo a solas.
A menudo hoy encontramos a personas que caminan por las calles usando el aparato llamado Handsfree, aparentemente hablando solas, riendo de la nada, todo por estar conectado a un celular y de ese modo con otro ser que se debe sentir igual de solo y que probablemente está a kilómetros de distancia.
Hemos dejado que la soledad nos devore en ciudades cada vez más llenas, hemos olvidado saciar nuestra hambre espiritual y nos hemos empezado a convertir en autómatas errabundos en busca de un trabajo, de un celular, de un amigo… necesitamos un psicólogo urgentemente antes de que nuestras vidas se fracturen como vidrios y acabemos hiriéndonos el alma y lo que es peor, la de los seres que más amamos, nuestra familia.