La anunciada visita de la trilogía de ministros de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi; del Ambiente, Ricardo Giesecke; y de Agricultura, Miguel Caillaux a Cajamarca ha dejado un sabor un tanto amargo por la manera en que se ensombrece la participación del Estado con actos tan inverosímiles como el viaje de retorno del ministro en la avioneta del empresario en cuestión. Algo así como cuando el hacendado llevaba a los gendarmes en sus caballos para que se verifique los linderos de su hacienda y se despoje a los “invasores” de sus propiedades –previa recepción con almuerzo y fiesta incluida- es decir, juez y parte.
El desatino con que se sella la salida del ministro de Agricultura de Cajamarca ha sido un espectáculo triste, primero porque a la llegada del ministro – llegó solo, sin los otros dos ministros- se escabulló como un ratón asustado y no quiso hablar del motivo específico de su llegada, segundo porque fue usado como un señuelo para entretener a la prensa mientras se hacían operaciones poco claras a la supuesta convocatoria. Tercero porque tuvo, una vez más, el desatino de llevarse con él un poncho cajamarquino, como si su viaje se hubiera tratado de un asunto personal y además turístico – poco faltó para agregar el queso y las rosquillas-.
Los ministros de Ollanta Humala parece que han optado por el mimetismo más que por el asumir una función como debería de ser, la ambigüedad resulta más cómoda que la determinación. Lo mismo sucede con los congresistas cajamarquinos, exceptuando a un figureti que ha cambiado radicalmente de discurso no hay mayor acción que el discurso lejano y la nota de prensa distante para llenar los resquicios de las dudas –y de hecho que las hay a borbotones-
El Diario El Peruano ha informado que “Sobre el tema, el titular de Agricultura, Miguel Caillaux, reiteró que el Gobierno busca que los proyectos, como el minero Conga, se desarrollen en la mayor armonía posible y con la menor afectación al medioambiente, a fin de alcanzar resultados positivos para la población.
Caillaux aseguró a los pobladores que como nuevo gobierno se asegurarán que el proyecto Conga se haya hecho con tecnicismo y así evitar confrontaciones innecesarias.
Refirió que Conga tiene un estudio de impacto ambiental, pero hay algunos "temas por confirmar", tras indicar que esperan aclarar las dudas de la gente, de una forma inteligente y civilizada, lo que ayudará a la estabilidad y gobernabilidad del país”
En realidad lo que ha quedado confirmado es la torpeza, la ineptitud y la siembra de dudas que actitudes como la del ministro de agricultura siembran en una población descreída y que se encuentra en el limbo de la paz y la violencia.
El pedido de sanción por esa impericia y el indisponer a los cajamarquinos sería lo más acertado que harían nuestros representantes a los que por el momento les ha sido más importante cualquier otro tema menos el del pueblo que los eligió.
Por el momento los tres mosqueteros enviados por el Estado a Cajamarca, han hecho más un papel parecido al de los tres chanchitos, por su forma de huir, por sorprender a los medios y porque han demostrado una vez más que en temas de ministros en el Perú andamos como en el futbol… siempre se juega como nunca pero se pierde como siempre.