Haciendo un balance de todo lo sucedido en el año 2009, el que ha entrado a un proceso de agonía, podríamos decir que las inocentadas de las que los peruanos fuimos víctimas no solo se trataron del Día de los Inocentes, sino de actitudes cotidianas que fueron lanzadas por la misma policía, parlamentarios, gobernantes y se podría decir que de todos los sectores salió esa pus sanguinolenta lanzada para hacernos inocentes en algún momento.
Si recordamos los hechos más saltantes en el país, podremos ver que se trata de una serie de hechos que en algún momento desviaron la atención colectiva de los peruanos a determinado suceso. El Caso Fefer, El Caso Abencia, se encargaron de hacernos olvidar el lamentable hecho del Baguazo.
Antes sucedió lo mismo con el General Donayre, todo fue una secuencia de hechos orquestados que tenían una intencionalidad y que estaban dirigidos a un colectivo que a través del mediatismo se dejaba entretener de una manera burda. Todos caímos en la trampa.
El caso del pulmón robado marcó un hito en el acontecer nacional, luego como un espanto salido de una película de terror surgió un abrumado coronel anunciando que habían capturado nada menos que miembros de una banda de “Pishtacos” hombres que asesinaban a sus congéneres para extraerles la grasa y comercializarla con gente del extranjero, quienes a su vez lo usaban en la elaboración de cremas y cosméticos. Los gordos entonces entraron en paranoia. Luego se descubrió que los pishtacos eran parte de la mitología andina y que nada de ello era cierto, se expulsó a un chivo expiatorio de la institución policial y se puso los ojos en otra historia.
Los peruanos innegablemente tenemos mucho de mitómanos, mucho de farsantes y prueba de ello fueron nuestros congresistas, quienes sin mucho esfuerzo se ganaron apelativos sórdidos como Robaluz, robagua, planchacamisas, Lavapiés, mataperros, comepollos… y una serie de combinaciones que daban lustre a sus “cualidades” y que por enésima vez ponían sobre el tapete la calidad de nuestros congresistas y por ende del trabajo que realizan en él.
Los viajes que realizaron políticos y funcionarios de todas partes con una universidad privada que hacía alarde de sus buenas relaciones y que misma bebida energizante, le ponía alas a sus invitados, fue un caso aparte. El Perú siempre será un país maravilloso, un país de las maravillas en el cual todo puede suceder, por eso ya nada nos sorprende, ni siquiera este día de los inocentes, porque aquí todo puede ser verdad y todo puede ser mentira, todo es posible en este país que se llama Perú con P de… Patria.