Las propuestas electorales no cesan, despenalización del consumo de drogas, el aborto, la pena de muerte y el matrimonio homosexual, han dejado de lado el debate de propuestas sobre aspectos vitales como la lucha contra la pobreza, erradicación del analfabetismo y la desnutrición infantil.
Los candidatos se han dado un tinte de faranduleros y no muestran seriedad en sus propuestas, si bien todas las anteriores propuestas son serias, existen temas que deben ser tratados como los ejes del país, pero los candidatos han preferido los temas polémicos.
En el país se ve cada día una escena tragicómica de la política peruana, mientras Ollanta Humala corre por las calles contradiciendo cada propuesta de sus oponentes, ha mostrado su rechazo a la pena de muerte planteando reabrir el frontón para encarcelar allí ha políticos corruptos y violadores – -obviamente no a revoltosos que asesinan a policías y toman comisarías-
Pedro Pablo Kuczynski, ha rechazado la pena de muerte y ha propuesto más bien penas severas y acumulativas, ha tildado a Toledo de borracho en cada oportunidad que ha tenido y no ha dicho nada sobre los pozos petroleros que se le atribuyen.
Keiko Fujimori no ha podido librarse del estigma de su familia ni de la sombra de Montesinos y ha buscado un surtido grupo de aspirantes al congreso que incluye al hermano, el hijo, la enfermera, el médico, el psicólogo del ex presidente – que podría pasar a ser ex presidiario si Keiko gana, como ella misma lo ha anunciado –
Toledo por su parte ha dicho que el consumo de drogas es una línea a explorar, hay que ponerle un ojo analítico, sino se convertiría en un narco-Estado; sobre el aborto dijo que, nadie puede permitir que un ser humano nazca en circunstancias forzadas, y respecto a la unión civil entre homosexuales, prometió trabajar para una sociedad inclusiva y que el Perú "no es un Estado represivo – hábil y sugestivo, pero también ambiguo y controvertido-
En todo ese barullo Catañeda Lossio dejó de lado su acostumbrado mutismo para convertirse en un prolijo lanzador de perjurios. Tenemos casi una docena de candidatos a la presidencia del Perú: Luis Castañeda, Alejandro Toledo, Keiko Fujimori, Ollanta Humala, Pedro Pablo Kuczynski, Rafael Belaunde, Manuel Rodríguez, Ñique de la Puente, Juliana Reymer, Ricardo Noriega y Humberto Pinazo.
Muchos de ellos no conseguirán nada en absoluto, sin embargo mantienen las esperanzas, agregarán a su hoja de vida que alguna vez fueron candidatos a la presidencia de su país y se sentirán bien de ello.
El país necesita un debate serio, el futuro de una nación está en juego, el porvenir de generaciones enteras y el destino de millones de peruanos.
Los temas populistas como el aborto, el matrimonio gay o la pena de muerte son solo pantallas con campañas mediáticas que distorsionan la esencia misma de las propuestas. Hay temas estrictamente difíciles que se deben tratar, el problema de la agricultura, salud, minería formal e informal, depredación de la Amazonía, la educación y la corrupción.
Antes de estar cortándose un mechón de sus cabellos o los bucles de sus cabelleras para ver quien consumió drogas o no sería más prudente cortar una parte de la pobreza para examinarla y buscar vías de solución, que la presidencia de la República no es un juego y debe asumirse esta campaña con seriedad y responsabilidad.