Una persona sufre un mal determinado, acude a un médico, este la examina y le detecta una gripe, un problema de presión o una patología urológica, entonces le extiende una receta con el nombre específico de un medicamento, un solo nombre como única opción, como la panacea que a de aliviar su mal y lo sanará de esas dolencias.
Lo que la gran mayoría de la población desconoce es que cada medicamento tiene equivalentes que circulan con el mismo nombre y que, deberían hacer el mismo efecto que el medicamento X, Y ó Z de rimbombante nombre que recetó el doctor. Según la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) por cada medicamento de marca que se vende en nuestro país existen 26 versiones económicas o genéricas a precios que distan mucho de los primeros, es algo que evidentemente los laboratorios afectados en su economía no han querido aceptar y se niegan a hacerlo.
Según la DIGEMID se trata de medicinas alternativas de calidad y menor costo, el titular de la DIGEMID, Víctor Dongo Zegarra, ha expresado que los laboratorios peruanos y extranjeros que elaboran los productos cumplen con los mismos estándares de fabricación y eficacia.
El problema principal radica en que depende de ello la vida o la muerte de las personas que necesitan el medicamento. Un remedio de marca puede costar 100 soles, mientras que un genérico podría costar 10 soles según han referido funcionarios de la misma DIGEMID. – algo como comprar una lata de 8 rodajas de duraznos al jugo por S/. 7 o comprar un kilo de duraznos (20 tajadas) por S/. 2 –
El tema se complica porque surge un conflicto de intereses, por un lado están los laboratorios que invierten grandes cantidades de dinero en publicitar sus medicamentos, además de sus agentes vendedores y las muestras médicas que suelen dar de manera gratuita a los médicos para que estos a su vez los recomienden y receten; además de las millonarias campañas que hacen con las cadenas de boticas y farmacias para que estas “escondan” los genéricos y animen al paciente a comprar uno de marca.
La Amoxicilina de 500 miligramos –el antibiótico más usado del país– tiene 26 presentaciones genéricas, mientras que el Panadol cuenta con 20 registros en versión genérica. En tanto, existen 15 versiones económicas del antiinflamatorio Naproxeno Sódico, sin embargo, esto se desconoce y quienes están obligados a hacerlos conocer no lo hacen.
Dongo Zegarra añadió que solo en esos tres ejemplos existe una gran diferencia de precios entre un medicamento de marca y uno genérico. “Una tableta de Amoxicilina en versión comercial como el Velamox cuesta alrededor de S/. 1.10 mientras que en su versión genérica vale 0.11 céntimos, es decir, 10 veces menos”, explicó.
Si bien los genéricos no son una solución absoluta ya que existen “medicamentos y medicamentos” y no siempre con los resultados más óptimos, es preciso buscar políticas que disminuyan los altos precios de los medicamentos de marca, es decir, medicamentos de primer nivel a precios accesibles para la mayoría de los peruanos.
Los laboratorios siempre van a defender sus intereses y su inversión, la DIGEMID no puede ser juez y parte porque es de competencia estatal y se pretende hacer creer a la población que las medicinas son baratas cuando no es así.
Finalmente DIGEMID anunció que las personas que quieren saber dónde adquirir la versión genérica de los medicamentos pueden consultar el Observatorio Peruano de Precios de Medicamentos (http://observatorio.digemid.minsa.gob.pe/), portal en la que también se incluyen los precios aproximados y los lugares públicos y privados donde adquirirlos.