Si Cajamarca tiene el carnaval como fiesta emblemática, Puno tiene su fiesta de La Candelaria, la misma que se celebra el 2 de febrero de cada año. Fiestas que tienen un origen complejo y que resultan de la imposición de los nuevos moldes traídos por los conquistadores, fiestas de la fusión, la religión, los desmanes y complejos fenómenos sociales.
DEL CARNAVAL CAJAMARQUINO A LA CANDELARIA DE PUNO
Mientras Puno se convierte por 18 días y 18 noches en la Capital Folklórica de América entre los meses de enero y febrero en donde las fiestas reúnen a más de 200 grupos de músicos y bailarines para celebrar la fiesta de la Mamacha Candelaria. En Cajamarca miles de turistas se dan cita en la plaza y alrededores en una fiesta inacabable de bebida, máscaras, disfraces y agua. El concurso de Patrullas, sus reinas y su corso son lo más resaltante, además de su comida y la tradicional chicha.
La Candelaria es una fiesta religiosa - pagana, el carnaval de Cajamarca es estrictamente pagano y se fusiona con la falta de identidad como las máscaras venecianas, los motivos cada vez más ajenos a nuestra cultura como la iconografía o las deidades como Catequil o nuestros telares y cerámica siempre quedan relegadas.
La fusión brutal que sufrió la cultura peruana con la española no fue suficiente para exterminar totalmente las milenarias raíces andinas que plantaron los primeros hombres del antiguo Perú.
LA CANDELARIA
El día principal de la Candelaria es el 2 de febrero, y ese día la virgen es conducida por la ciudad, en una colorida procesión, acompañada por sacerdotes, monaguillos y la feligresía. Este es el momento cuando los grupos de músicos y bailarines hacen su aparición, bailando y tocando a través de la ciudad.
El festival está ligado a los ciclos agrícolas pre-hispánicos de la siembra y la cosecha, así como a las actividades mineras en la región. Es el resultado de una mezcla entre la alegría respetuosa del Aymara y la seriedad ancestral del Quechua sumada a la religión Católica.
EL CARNAVAL
El origen del carnaval es muy antiguo y se remonta a los países del viejo mundo, con la llegada de los españoles se fusiona con otras fiestas propias del decadente imperio y se le agregan elementos culturales diversos.
Cajamarca congrega gran cantidad de turistas, los hoteles se saturan. EL carnaval es una fiesta pública en la que todos comparten, las clases sociales desaparecen por esos días y todos son iguales cantando, bailando y jugando con agua.
EL DOBLE JUEGO DE LAS FIESTAS
A diferencia del carnaval, La fiesta de La Candelaria es una festividad religiosa, pero con similitudes notables debido a la manera en que ambas se han desvirtuado en años recientes con rapidez. Cada año ambas fiestas pierden su esencia más pura debido a la influencia arrolladora de sectores comerciales, publicitarios y turísticos las exaltan y promueven, exclusivamente por la riqueza cultural de la que son portadoras. Es decir –tal como sucede hoy con el desvirtuamiento comercial de la Navidad– se da realce e importancia a la expresión meramente externa, y no al sentimiento interior que les ha dado su origen.
El carnaval cajamarquino ha perdido su esencia cultural y mística, los instrumentos originales que eran las insignias de sus coplas y de su picardía se han reemplazados por otros que nada tienen que ver con la historia y la tradición. El Clarín cajamarquino ha sido reemplazado por la vuvuzela y la tumba de maguey por una estridente tarola.
La chicha fue reemplazada por licores baratos o cerveza, la tradición de la copla se perdió por sonoros radios a batería que funcionan con USB incluido y música seleccionada, del clarín y los tambores ya no queda nada.
Por otro lado en Puno se pretende que un emotivo homenaje a la Patrona se transforme en una ocasión para exhibirse ante las cámaras, el lente fotográfico o las miradas de los turistas. Se pretende que un acto de piedad tan arraigado en la fe del pueblo, se transforme en un preámbulo de orgías y borracheras.
Se pretende que inocentes y cándidas pallas se transformen en bailarinas de cabaret, que cambien sus amplias y encantadoras polleras por atuendos minúsculos y provocadores. Se intenta que una tradicional y hermosa manifestación de fe se transformen en una fiesta neopagana, en una mera representación o espectáculo folklórico, para deleite de los enemigos de la religión y para el lucro de un puñado de mercaderes inescrupulosos. Las tradiciones del Perú son patrimonio en riesgo latente.
EL BAILE DE LOS DEMONIOS.
El baile de los demonios o "diablada" - la principal danza de la festividad - fue ideado por un grupo de mineros atrapados en una mina, quienes en su desesperación, ofrecieron sus almas a la Virgen de la Candelaria. Los bailarines, soplando zampoña o flautas de pan, y vestidos con disfraces espectaculares y máscaras extrañas, hacen sus ofrendas a la diosa de la tierra Pachamama.
Las máscaras más impresionantes, por su aspecto espantoso, son la del venado con cuernos largos y torcidos semejantes al Diablo, y la de Jacancho, el dios de los minerales. Durante la despedida, o cacharpari, los bailarines que llenan las calles finalmente se dirigen al cementerio para rendir homenaje a los muertos.
Cajamarca tiene sus propios demonios, esos que vestidos de clones se lanzan a las calles látigo en mano, a la antigua usanza. La entrada del Carnavalón se ha convertido en un verdadero infierno, hombres y mujeres toman las calles, sus caras pintadas, sus ropas destrozadas, nada se salva a su paso ni hombre, mujer, niño ni ancianos. Tampoco monumentos paredes o vehículos, nada.
Y la tradición continúa, esa tradición cada vez más extraña y menos pura, más contaminada con agentes importados de otras culturas. Las vírgenes y los demonios son la iconografía más grande que los peruanos del siglo XXI tenemos.
PARA SABER:
v LA CANDELARIA. Respecto a la devoción a la Virgen de la Candelaria difundida en todo el Altiplano, el padre Rubén Vargas Ugarte conocido historiador del Perú dice: "desde el 02 de febrero de 1583 en que sentó sus reales en el pueblo la Virgen de la Candelaria, comenzó la conversión definitiva de todo el Collao y la forma de sus milagros hizo que la influencia se extendiera aún a las comarcas más distantes".
v EL CARNAVAL. El carnaval nació en Cajamarca a partir de 1930 con los corsos de carros alegóricos adornados con flores y engalanados por la presencia de bellas reinas, cuyo desfile se realizaba alrededor de la Plaza de Armas de la ciudad. En el desarrollo de esta fiesta se utilizaban los chisguetes de éter, talco perfumado, "pica pica", serpentinas de conversación (tiras de papel con mensajes impresos) y la competencia tradicional de los cuartetos.
DATOS
v En Cajamarca el sábado 5 de marzo es el ingreso de Ño Carnavalón. El domingo 6 de marzo el Concurso de Patrullas y Comparsas. El lunes 7 de marzo el Gran Corso de Carnaval. El martes 8 de marzo el velorio de Ño Carnavalón, el miércoles 9 de marzo el Entierro de Ño Carnavalón y el sábado 12 de marzo las unshas de carnaval.