El ministro de salud anunció que Perú recibió el primer lote de vacunas contra el virus del papiloma humano, virus que es el principal causante del cáncer de cuello uterino. El lote de vacunas será aplicado a 286 mil niñas de 10 años de edad, sin distinción de seguro médico o condición económica, ha expresado.
La noticia resulta satisfactoria y buena para los peruanos y de modo especial para los cajamarquinos, sin embargo, existe aún una mala política enquistada en los trabajadores de salud quienes se niegan a dar cumplimiento a los dispositivos emitidos por el ministerio y se basan en una cuestión de criterio personal para resolver una situación, que pese a ser una ordenanza se convierte en un acto de voluntad.
Si en Cajamarca se suceden este tipo de situaciones, en las provincias del interior las atribuciones que el personal dependiente del Ministerio de Salud se toma es mucho más complicada. Los distritos, caseríos y centros poblados atraviesan problemas aún mayores ya que los encargados de los centros o postas son los jefes y amos de los centros de salud y ellos tienen la decisión absoluta de atender o no a los pacientes.
Hace unos meses se anunció que el Seguro Integral de Salud debía cubrir a todos los escolares, lamentablemente ello no se cumplió por la negligencia y la prepotencia de algunos médicos y funcionarios y la historia se repitió en Cajamarca, Chota, Celendín, Hualgayoc, San Miguel, Jaén… en todas las provincias de la región.
El sistema de salubridad en el Perú es uno de los más deficientes de toda la América y no solo eso, sino que nos encontramos entre los últimos del mundo, más allá de las cifras novelescas que los representantes del gobierno nos den como un paliativo a nuestra triste realidad. La gripe A (H1N1) causó una ola de mortalidad que, estadísticamente comparada con otros países y teniendo en cuenta la cantidad de habitantes, fue ingente.
El anuncio del ministro, Oscar Ugarte, es una noticia esperanzadora, pero debe ir de la mano con políticas educativas que contribuyan a evitar ese tipo de problemas, es por eso que se ha explicado claramente que en una segunda etapa se va a considerar la aplicación de las vacunas a niñas mayores de 10 años siempre y cuando aún no hayan iniciado su vida sexual. Puede resultar alarmante pero es nuestra realidad, entonces no solo hay responsabilidad en las políticas de Estado.
Estudios recientes afirman que en nuestro país el inicio de las relaciones sexuales en la gran mayoría de niñas se produce entre los 12 y 13 años. Es necesario que la educación sexual no se delegue al gobierno, sino que se afiance en el hogar y que la comunicación sea permanente, mientras ello no suceda de nada nos servirán las vacunas y los intentos que haga el Estado.