Cajamarca cumple hoy 156 años de demarcación política, más de siglo y medio en que podemos tomar nuestras propias decisiones de manera autónoma y sin mayores dependencias.
Si bien la historia de esta ciudad y de esta región se remonta a milenios atrás debemos tomar referencias de nuestra vida republicana y es por ello que cada 11 de febrero se celebra algo parecido a un cumpleaños.
En el Perú somos muy dados a celebrar cualquier acontecimiento, los cohetes y la música son parte de cualquier actividad festiva sea esta religiosa o civil, mucho más en Cajamarca, en esta tierra en donde el Inca Atahualpa fue capturado y asesinado por su propia desidia.
Siempre se ha vinculado a esta fecha con Don Toribio Casanova López como el gestor más grande de el movimiento armado del 3 de enero de 1854, aquel que sentó las bases de esa fiesta tan importante que se celebra desde 1855 cada 11 de febrero. Sin embargo Toribio Casanova también es el más grande de los héroes olvidados y hasta pareciera que repudiados por el tiempo, la historia y la indiferencia de todos los gobiernos que se han sucedido desde entonces.
Antes una avenida principal llevaba su nombre en Cajamarca, hoy ha sido reemplazada por un colectivo denominado simplemente “De los Héroes” y su casa, la que debió ser el emblema de la historia y la arquitectura de Cajamarca hoy es el icono del olvido y la indiferencia, en sus vetusta fachada se apostan comerciantes mientras la vieja casona parece estar herida de muerte y amenaza con desplomarse en cualquier momento.
Los días como hoy, una vez más, se suelen colocar coronas en esos tres héroes conspicuos a los que Cajamarca tanto recuerda como son Toribio Casanova, el Coronel José A. Egúsquiza y Pedro J. Villanueva, las autoridades les rinden homenaje, aplauden su iniciativa y su lucha y se les agradece con esos tintes militares y pomposos que se suelen rememorar a quienes dieron su vida por hechos notables.
En Cajamarca podríamos celebrar muchas fechas, conmemorar cada día algo notable, la historia de Cajamarca está plagada de hechos trascendentes. Pero también de hechos intrascendentes que nos han hecho perder el rumbo de una ciudad tras de sus metas. Nos enfrascamos en problemas cada vez más nimios mientras la verdadera esencia de la problemática trasciende más allá de los ataques mutuos y viles.
El crecimiento real de la ciudad en 156 años es escaso, el crecimiento como departamento pobrísimos, tenemos una red de carreteras desastrosas, 127 distritos con necesidades ingentes, y una aguda problemática que cada vez se ha tornado más problemática.
Cuando uno cumple años, se supone que está más viejo, por ende es preciso reflexionar sobre el futuro y ya que la región no es un organismo vivo le compete a sus autoridades, a sus empresarios, a sus instituciones, a la gente que pasará por la vida dejando una huella o no, a quienes la habitan y la fortifican, será competencia de todos ver la dirección de una meta alcanzable o no, eso el tiempo lo dirá.