Hace unos días se
desató un escándalo de trascendencia internacional. El embajador ecuatoriano en
Lima, Rodrigo Riofrío Machuca, golpeó a dos
mujeres peruanas en un supermercado, la causa del inicio de esa agresión habría
sido la intromisión de las peruanas en la “cola” que hacía el embajador en la
caja de un supermercado – cosa que es muy creíble porque en el Perú
somos los reyes de la zamponería, zampones y zamponas están en todas las colas
de todas partes, todos los días, sin embargo, eso no justifica la cobarde
actitud del salvaje Riofrío- Según las mujeres agredidas y los
testigos, el embajador inició la trifulca al decir textualmente: “así son estos
peruanos, pues, peruanos ignorantes. Por eso que este país no avanza, está
lleno de indígenas” –habría dicho el descendiente de Atahualpa-. Pero más allá del
hecho de esta la lamentable actuación del gobierno peruano que no hizo un pronunciamiento
que respalde a nuestras connacionales y que expectore al machista embajador – a
excepción del alcalde de Magdalena del
Mar, Francis Allison, quien lo declaró de inmediato persona no grata – el desenvolvimiento diplomático ha sido vergonzoso.
Rafael Correa, presidente de Ecuador, salió de inmediato a
defender a su abusivo y violento diplomático y le otorgó todo su respaldo
pronunciándose contra su retiro de la embajada en Perú, pero como el muy
miserable de Riofrío sabía que en Lima y en el Perú la gente no lo quería, hizo
maletas y se marchó entre gallos y medianoches.
“Si se tienen que afectar las
excelentes relaciones que tenemos con Perú, qué pena. Pero yo no voy a
traicionar a la verdad”, dijo Correa tras resaltar que Riofrío fue “víctima” de una
agresión en la que solo atinó a defenderse.
Asimismo, advirtió que si el diplomático no puede volver a nuestro
país, su Gobierno evitará que el embajador peruano en Quito, Javier León,
reingrese a Ecuador.
Pero sus
bravuconadas de dictadorzuelo fueron más allá y no contento con los abusos y
aberraciones que comete con la prensa en su país, agregó: “La prensa peruana probablemente
es peor que la ecuatoriana y esas son ligas mayores. Amarillista, escandalizadora,
manipuladora. Da vergüenza e indignación. Mientras allá (en Perú) se realizaba
un linchamiento mediático a nuestro embajador de la patria, ¿qué dijo nuestra
prensa? Pese a lo evidente de los videos, replicó a los medios amarillistas
peruanos. Nunca dijeron ‘él no fue’”, agregó.
El gobierno peruano
aseguraba haber puesto especial énfasis en la defensa de la mujer y sobretodo
en la lucha contra la violencia hacia ella. La ministra Jara y las feministas
peruanas que suelen rasgarse las vestiduras con las estadísticas de violencia
femenina, esta vez no han dicho nada, quizás porque hay un silencio orquestado
que debe venir desde palacio. Nadine ha preferido evadir comentar sobre el tema
y probablemente la muerte del último hombre de izquierda en el Perú, Javier
Diez Canseco, deje este vergonzoso tema para los peruanos en el olvido.
Pero para los
peruanos nos ha quedado claro que tenemos un gobierno que tiene miedo de
responder como es debido, pese a que sabe que dos mujeres peruanas fueron
pateadas por un embajador ecuatoriano. Ningún motivo justifica ese atropello
vil y cobarde.
A veces los pactos
entre dictadores oficiales y no oficiales y otros en proyecto los hace obviar
ciertas respuestas, mirar a otro lado y callar, a los gobernantes, pero la prensa
tiene la obligación moral de llamar a las cosas por sus nombre y las patadas de
Rodrigo Riofrío Machuca a dos peruanas
son tan cobardes como el silencio del Estado Peruano ante el repudiable hecho y
las continuas agresiones del baladrón Rafael Correa.