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lunes, diciembre 10, 2012

La compañera espiritual de Alberto Fujimori




Un nuevo escándalo se ha destacado al reportarse las visitas casi clandestinas y reiteradas de la hasta ahora desconocida legisladora María del Pilar Cordero Jon Tay, la misma que  registra más de 10 entradas a la Diroes en menos de un mes. Una de ellas se prolongó por más de 12 horas. Definitivamente son beneficios que solo el exdictador puede tener y que ha puesto en evidencia nuevamente que vive en una cárcel dorada.

Pese a que sus escuderos de inmediato han salido a dar explicaciones y buscan desacreditar la información y avalar la tesis de la ayuda espiritual, resulta sencillamente ridícula la argumentación de que el buen Alberto Kenya Fujimori recibe ayuda espiritual de la susodicha con el argumento de que se trata de una persona extremadamente religiosa, tan religiosa es que hasta apellida Cordero.

Los fujimoristas han defendido la dignidad de la dama de la noche –sus ingresos son generalmente nocturnos y uno no registra salida- una dignidad que la dama no ha podido defender dadas las evidencias de lo sucedido en varias jornadas. Si bien un congresista puede ingresar a cualquier hora a un penal del país, resulta extraño que esta agraciada congresista lo haga de noche y en una camioneta con lunas polarizadas y por la puerta posterior de Diroes.

Al margen de la vida marital que el reo Alberto Fujimori pueda llevar y de cómo se las ingenie para consumar sus asuntos personales, lo penoso es descubrir una vez más que su prisión es una cárcel dorada en donde se violan las normas sistemáticamente y en reiteradas veces con la cómplice anuencia de los mismos parlamentarios.

La tesis de la ayuda espiritual o el apoyo religioso resulta hasta obscena, mientras las cárceles peruanas albergan a miles de presos con enfermedades terminales, el hombre que sometió al Perú en la más grave crisis de corrupción en toda la historia y que se birló más de 6 mil millones de dólares del Estado  -amén de sus crímenes de lesa humanidad- es todo un Casanova bajo el amparo de la noche y la complicidad de sus guardias y de sus congresistas, a los que tiene a su servicio a tiempo completo y al parecer, en todos los aspectos.

Mientras los fujimoristas aguardan la tramitación de indulto de su líder, este sigue haciendo de las suyas en su celda, probablemente esperanzado en la hipersensibilidad colectiva propia de las fiestas navideñas y de fin de año.

Las diferencias siempre indignan, las diferencias que se hacen con unos y que no se aplican con otros. Cuando se miente al pueblo y se viola la ley, cuando las leyes solo deben cumplirlas algunos mientras que quienes deberían hacerlas cumplir se hacen de la “vista gorda”.

Por lo pronto la congresista María del Pilar Cordero Jon Tay debe ensayar alguna defensa que sea medianamente creíble, probablemente esgrimirá lo del soporte espiritual como ya lo hicieron los de su bancada, quizás invente algo nuevo y más creíble, total… con las historias de la cárcel de la Diroes y la dorada celda de Fujimori, cualquier cosa puede suceder… ya fue invernadero de cultivo de rosas, taller de poéticas pinturas… bien podría ser un centro de congojo religioso, total… los peruanos siempre nos creemos todo.

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